La Conformidad
No debemos conformarnos, sino debemos tener
una inconfornidad santa. Pablo escribió: Hermanos,
yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero
una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda
atrás, y extendiéndome a lo que está delante (Fili.
3:13.)
De pronto sin darnos cuenta, pasamos el tiempo
recordando y compartiendo las cosas de antaño
¿Pero y el hoy? ¿Cuál es nuestra visión, nuestro
sueño, nuestra meta a alcanzar, para el aquí y el
ahora?
La iglesia de Laodicea decía de sí mismo: "Yo soy
rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa
tengo necesidad. Jesús le dijo: Eres tibio, te
vomitaré de mi boca, porque tú dices: Yo soy rico
y de ninguna cosa tengo necesidad y no sabes que
tú eres un desventurado miserable, pobre, ciego
y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí
compres oro refinado en fuego (tiene un precio)
para que seas rico, y vestiduras blancas para
vestirte, y que no se descubra la verguenza de tu
desnudez; y unge tus ojos con colirio para que
veas".
Pablo dijo: "Extendiéndome a lo que está delante".
Claro que la comodidad de la casa, la T.V., la
Internet, la tecnilogía, nos invita a una vida
reposada, pero,si algo caracteriza el tiempo
apostolico, y profético de nuestro tiempo es ir.
Dios dijo a Abraham: "Pisa la tierra a lo largo y
ancho, porque a ti te la daré" No se conquista con
Internet, sólo se informa. Tenemos que bendecir
con nuestros pies la tierra. Hay que ir. El colirio
celestial, nos hace ver la necesidad ajena; eso de
extenderse me habla de dejar la comodidad, de
invertir, esfuerzo y finanzas.
Recuerda estas palabras: Dios te llamó para
extenderte, "El justo por la fe vivirá". Y si no obras
en fe, simplemente ya no vives; recuerda que antes
estábamos muertos en nuestros delitos y pecados.
Jesús dijo a una iglesia: "Tienes nombre de que
vives pero estas muerto".
Jonathan Edwards tenía un solo pulmón y predicaba
cada noche a 20.000 personas, su voz se oía,
como una trompeta, invitando a las personas a la
santidad, al arrepentimiento. No había microfonos
ni altavoces, no había Internet, ni telefonos, ni
TV. Pero iba. El mundo necesita oír la voz de los
embajadores del cielo.
DEBEMOS VENCER, AL ESPÍRITU DE LA
COMPLACENCIA Y LA CONFORMIDAD, COMPRAR
ORO REFINADO CON FUEGO Y EL COLIRIO
CELESTIAL, HARÁ QUE VEAMOS LA NECESIDAD
HUMANA, NOS COMPADEZCAMOS PARA DAR,
LO QUE HEMOS RECIBIDO, POR GRACIA
"UN AVIVAMIENTO VIENE EN CAMINO".
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