No hay rangos en el Cuerpo
" Cada uno ponga al servicio de los demás el don que ha recibido, dispensando fielmente las diferentes gracias de Dios" 1Pedro 4:10. " Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo tambié anciano como ellos, testigo de las aflicciones de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada" 1 Pedro 5:1. "no dominando las heredades del Señor, sino siendo deshechado de la grey" 1 Pedro 5:3.
Todos los santos, no sólo los apóstoles, debemos ser mayordomos. Los ancianos no deben ubicarse en una categoría especial, sino que deben considerarse mayordomos, así como lo son los demás santos.
Digo una vez más que en la iglesia no existe tal cosa como el rango; más bien todos somos mayordomos de la gracia de Dios, y nos sometemos unos a otros. Si el Señor lo ha puesto a usted como
anciano, no debe enorgullecerse. Tampoco debe considerarse superior a los demás ni ejercer señorio sobre la iglesia como si fuera suya. Al contrario, como alguien que preside, usted debe
un ejemplo para los santos. Cuando ellos vean el ejemplo que
los ancianos les dan, posiblemente dirán: "Señor, gracias por estos buenos ejemplos. Deseamos leer la Palabra, predicar el evangelio, enseñar a otros y pastorearlos como ellos lo hacen". Al establecer el ejemplo unos y al seguirlo otros, todos serviremos
juntos como mayordomos de la multiforme gracia de Dios. Está es
la vida de iglesia apropiada, donde no hay rangos, jerarquía, clero ni laicados.
Si la iglesia ha de avanzar apropiadamente es necesario que
que algunos hermanos se encarguen de los asuntos administrativos. Sin embargo, esta función no les da el rango de altos funcionarios, ni
hace de los santos sus subordinados. En la vida de la iglesia, tenemos un sólo Rey, el Señor Jesucristo y todos nosotros somos
Sus súbditos.
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