Tienes problemas, entonces oras. Estás agotado, entonces clamas a Dios.
Tu aflicción es temporánea. Dios no te dejará en tu agonía por siempre.
Terminará – probablemente no tan pronto como quisieras – pero sí vendrá
su fin. Una vez que la prueba ha servido su propósito, beneficiarás de
los resultados y renovarás el gozo del abrazo de tu Padre celestial.
y para que:
(v.7) para
que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el
cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza,
gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
Él está comprometido a hacerte santo, aún si tiene que parar tu alegría
por un corto tiempo. Derivarás mucho beneficio de esta prueba, no
ignorándolo ni desmayando, pero entendiendo su propósito. Cuando
reconoces que Dios está usando la prueba para hacerte consciente de Su
gracia en tu vida y prepararte para gloria, alabanza y honor eternal,
estarás equipado para aguantarlo aunque te agobie el alma. Amén.
Amados hermanitos, que tengas un preciado dia, creyendo en los
propósitos que Dios tiene reservado para ti.