Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Isaías 55:7
Chrismas Evans nos dice en su diario que un domingo
por la tarde mientras iba viajando por un camino Muy
solitario para asistir a una cita, se convenció de que su
corazón era muy indiferente. Dice:"Amarré mi caballo
y me fui a un lugar muy apartado en donde anduve sin
rumbo fijo, en agonía, repasando mi vida.
Esperé tres horas ante Dios, y quebrantado por la
tristeza, hasta que recibí la magnanimidad de su amor
para perdonar, y recibir de Dios un nuevo bautismo del
Éspíritu santo. cuando el sol se estaba ocultando, volví al
camino, encontre mi caballo, monte en él y me fui a la cita.
Al dia siguiente predique con un poder tan nuevo a un vasto concurso de personas reunidas a un lado de una
colina, que se unició un avivamiento que se extendio por
todo Gales." Hastings.