Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Juan 17:20-23
Nadie es un equipo completo, cada uno es un jugador; pero si quitamos a un jugador, el juego no podrá realizarse. Nos necesitamos unos a otros. Usted necesita a alguien y alguien necesita de usted. No somos islas aisladas. Para hacer «que la vida funcione» tenemos que descansar y apoyar, relacionarnos y responder, dar y recibir, confesar y perdonar, alcanzar y abrazar, soltar y confiar. Como ninguno de nosotros es un todo, independiente y autosuficiente, capaz de todo, todopoderoso, dejemos de actuar como si lo fuéramos. La vida es demasiado sola para que juguemos ese papel tan tonto. El juego se ha terminado, vamos a vincularnos.
Nos necesitamos unos a otros porque únicamente juntos podemos crecer en el cuerpo de Cristo.
El mundo necesita un testimonio común y creíble de las iglesias sobre el amor de Dios para este mundo y para todos en este mundo. Son muchos los retos que los cristianos enfrentan en la búsqueda de la unidad, incluyendo la necesidad de superar las divisiones y los prejuicios que excluyen a los unos de los otros.
Como iglesia estamos llamados a servirnos los unos a los otros, pero también a los demás. En nuestra ciudad hay muchísimas personas necesitadas de ayuda y servicio de todo tipo: alimentos, asesoramiento, compañía, consejería, educación para padres,… Como hermanos nos necesitamos unos a otros y queremos ser una comunidad sensible a las necesidades de los demás.
Recordemos que Jesús vino a servir y a dar su vida por los demás, vino a servir al pueblo de Dios.
Amando a Dios hemos aprendido a amar y a servir a nuestro prójimo sirviéndonos unos a otros, amando mas a nuestros hermanos sirviéndoles y prestándoles la mayor ayuda.
Dice el apóstol Santiago en 2:26: Que la fe se demuestra con el ejemplo y el trabajo por los demás.
Dice también en Efesios 4:11-12: Que hemos de trabajar juntos, poniendo al servicio de Dios las habilidades y talentos que Él nos ha dado
Gracias hermanita Myriam por tu bello mensaje.
Dios siempre estará siempre contigo.
Gracias hermanita.
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
Hermes Sarmiento G.
De Colombia
Cristiano católico