y empezar a mirarte a ti, mi Dios y único Señor.
Quiero convertirme a ti,
para que el centro de mi vida seas tú,
sólo tú, mi Dios y Señor,
y me olvide de mis cosas y de mí,
quiero ocuparme sólo de ti,
de extender tu Reino a los demás;
que me abra más a las necesidades de la Iglesia
y de la sociedad.
Señor, quiero dejar de lado
mis intereses egoístas,
para interesarme sólo por ti,
y servir humildemente a los demás.
que sepa acompañar desde mi carisma a quienes me necesitan.
Señor, conviérteme a ti,
A tu palabra, a tu presencia…;
así dejaré de fiarme tanto de mis palabras,
de mis proyectos y de mis realizaciones.
Quiero empezar a caminar por tus caminos.
Conviérteme, día a día, más a ti,
en los pequeños detalles que constituyen
mi trabajo diario.
Señor, ayúdame a convertirme a ti…
yo sola/o no puedo.
Tanto lo he intentado
y siempre vuelvo a quedarme encerrada/o en mí.
Sal a mi encuentro, alienta mi esfuerzo.
Ayúdame, Señor, a empezar cada día
sin desanimarme por mis debilidades.
Conviérteme a ti, Señor…