Mantente íntegro
"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con toda tu mente" Mateo 22:37.
Daniel, Ananías, Misael y Azarías fueron jóvenes de la realeza de Judá que
fueron llevados en cautiverio a Babilonia. Y como orden del rey fueron
entrenados con toda sabiduría y con la cultura local para servir en palacio.
A estos jóvenes incluso se les cambiaron sus nombres por nombres
babilónicos: Beltsasar, Sadrac, Mesac y Abed-nego.
A pesar de encontrarse bajo el yugo de una nación pagana como Babilonia,
estos jóvenes se mantuvieron íntegros y en fidelidad con Dios. Sin importarles
las posibles consecuencias de obedecer primero al Señor en vez de al hombre.
Cuando la orden del rey fue que ellos comiesen y bebiesen lo que se
preparaba en el palacio, Daniel arriesgó su vida al pedir que él y sus
compañeros comiesen solamente vegetales y bebiesen solo agua para no
contaminarse (Daniel 1:8-15). Y Dios los respaldó dándoles mayor fortaleza
y bienestar que aquellos que comían y bebían lo que se preparaba para
el rey.
En otra ocasión el rey Nabucodonosor ordenó que todos los habitantes de su
territorio tendrían que adorar una estatua del rey cada vez que sonase una
trompeta, pero los jóvenes judíos se negaron a cometer este acto abominable
para Dios. Y como consecuencia tres de ellos fueron echados dentro de un
horno, no obstante el Señor los guardó del fuego. De manera que al sacarles
vivos ni siquiera olían a quemado (Daniel 3:19-30).
Sin importar dónde se encuentre, debe mantenerse integro y vivir su
cristianismo. Si lo hace de por seguro que el Señor siempre le respaldará.
Su brazo de justicia no ha sido cortado, puede guardarle del fuego, cerrar
la boca de los leones y usar a las personas cómo mejor le parezca.
Dios es soberano, le ha dado la vida eterna, guárdela con temor y temblor.
Tema sólo a Dios y no al hombre.
Pastor Jaime Batista Cortes
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