Sorpresas divinas
Si Noemí había soñado con volver próspera y exitosa a su antiguo hogar;
entrar en Belén probablemente fue una pesadilla. Mientras vivía en una tierra extraña, había perdido a su esposo y a sus dos hijos, y regresaba con una
sola nuera y un corazón lleno de tristeza. "Y ella les respondía: No me llaméis
Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el
Todopoderoso" Rut 1:20.
Pero la historia no terminó allí. Cuando la desanimada Noemí vio ls mano de
Dios obrando en su vida dijo: "Y dijo Noemí a su nuera: sea él bendito de
Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para
con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos" 2:20. Lo que parecía un camino sin salida se había convertido en una puerta abierta para estás dos mujeres que
habían perdido tanto.
El libro de Rut en el Antiguo Testamento, es una historia maravillosa. La
constante mención del Señor en el breve relato le infunden una dulzura y
una gracia asombrosas.
A través de Noemí y de Rut, se nos recuerda que Dios obra de maneras
sorprendentes para dar a conocer su amor y llevar a cabo sus propósitos;
aún en los tiempos difíciles.
Las sorpresas divinas continúan existiendo para que podamos cobrar ánimo.
El Señor no ha dejado de mostrar su bondad hacia usted y hacia mí.
Las provisiones divinas que vemos nos enseñan a
confiar en sus propósitos invisibles.
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