Y los hombres comenzaron a invocar al Señor
"Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador
de la tierra" Génesis 4:2.
"Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres
comenzaron a invocar el nombre de Jehová" Génesis 4:26.
En Génesis 4 encontramos dos nombres particularmente significativos. El primero es
Abel, que significa "vanidad". Como resultado de la caída, la vida humana se hizo vana.
Mire la gente hoy. A pesar de estar muy ocupada, tiene un vacío en su interior. Las
personas sienten un vacío en lo profundo de su ser. Cualquiera que sea su rango social,
su fortuna o el éxito que haya logrado, usted sabe que hay un vacío en su interior en el
silencio de la noche o temprano por la mañana. Este vacío es la vanidad de la cual estoy
hablando. Es exactamente a lo que se refería el sabio rey Salomón cuando dijo: "Vanidad
de vanidades, todo es vanidad" Ecle. 1:2-3). Si queremos escaparnos de la segunda caída
del hombre, debemos tomar conciencia de que todo lo que somos nosotros, los hombres
caídos y carentes de Dios, lo que poseemos y lo que hacemos, está vacío. No somos más
que vanidad. El segundo nombre particularmente significativo es Enós, que significa
"hombre frágil y mortal". Después de la caída, no sólo la vida humana se hizo vana, sino
que el hombre también se volvió frágil y mortal. Debemos reconocer que somos frágiles,
débiles, y fácilmente deshechos. 'Es muy fácil fracasar! El hombre es mortal. Nadie puede jactarse de que va a vivir una semana más. Nadie sabe lo que le pasará mañana. Si
queremos escapar a la segunda caída del hombre, debemos reconocer la vanidad de la
vida humana y la fragilidad del hombre. Si entendemos eso, no tendremos ningún
problema en reconocer nuestra debilidad, y por eso, no tendremos la arrogancia de
apartarnos del camino de Dios.
Pastor Jaime Batista Cortes
|