Debemos ejercitar nuestro espíritu
a fin de contactar a Dios
Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en vedad es necesario que le adoren"
Juan 4:24.
"Mostrando, ls obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia junto
a ella, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos" Romanos 2:15.
Nuestro espíritu se compone de tres partes: La conciencia, la comunión y la intuición. Nuestro
espíritu nos es útil principalmente para tener comunión con Dios. Cuando tenemos comunión
con Dios, contactamos a Dios. Este contacto con Dios espontáneamente nos hace sentir a Dios,
estar conscientes de Él. La intuición denota el sentido y el conocimientos directo que proviene
de Dios. A través de la intuición podemos saber si estamos bien o mal, la conciencia nos
condenará. Pero si estamos bien, nuestra conciencia nos justificará. Nuestra conciencia, por
tanto, o acusa y condena o excusa y justifica. La manera de guardar nuestro espíritu es
primeramente ejercitarlo para que tenga comunión con Dios. Si no ejercitamos nuestro espíritu
de esta manera, lo dejaremos en una situación de muerte.
Siempre que nosotros los cristianos acudamos a la reunión de la iglesia, debemos funcionar.
Debemos orar, alabar o dar algún testimonio. Esto es ejercitar nuestro espíritu y no dejar que
permanezca adormecido o en una situación amortecida. Pero, triste es decirlo, muchos santos
no ejercita su espíritu de esa manera, y por tanto, no guardan su espíritu. Antes bien, dejan
que su espíritu permanezca adormecido. Parece que dejan a su espíritu en una tumba.