MENTES CANSADAS.
Mentes cansadas, manos encallecidas, labriegos al fin de la jornada, jornaleros de tu viña, venimos, Padre, atardecidos de cansancio, agradecidos por la lucha, a recibir tu denario.
Llenos de polvo, el alma hecha girones, romeros al filo de la tarde, peregrinos de tus montes, venimos, Padre, heridos por los desengaños, contentos por servir a tu mesa, a recibir tu denario.
Hartos de todo, llenos de nada, sedientos al brocal de tus pozos y hambrientos de tu casa, venimos, Padre, el corazón entre tus brazos, la frente humilde de delitos, a recibir tu denario. Amén.
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