Lea: Jeremías 37-40

JULIO

DIA 28

¡Qué ironía! Por decir la verdad, por no engañar y ser fiel al Señor, va preso Jeremías, sufre por causa de Dios. Muchas veces, pasa que el predicador, el pastor fiel al Señor que no acepta el soborno, sufre penurias económicas y desprecio social; pero al igual que Jeremías, es recompensado por Dios, con honra, respeto y credibilidad.

Según Jeremías 37, el profeta fue encerrado en una celda subterránea, donde las posibilidades de sobrevivir eran escasas. Esta consulta en secreto indica que el rey temía a los funcionarios del reino que consideraban a Jeremías como un traidor (cf Jer 38.4) Pero, por otra parte, pone de manifiesto la ansiedad de Sedequías por la gravedad de la situación y muestra que él reconocía a Jeremías como verdadero profeta. Jer 21.1-2; 37.3

En Jer.38, un esclavo eunuco tuvo el valor y fe suficiente para interceder ante Sedequías para que sacara al profeta de la cisterna. El desesperado rey convoca al profeta, quien pone delante de él las terribles alternativas: rendirse a los babilonios o sufrir lo peor cuando la ciudad fuese capturada e incendiada. Sedequías expreso su temor a la burla si se rendía, palabra desdichada de una mente inestable y débil. Fue la falta de valor de Sedequías lo que produjo el resultado catastrófico. Frecuentemente no es el mal concreto lo que hace más daño, sino la debilidad de un hombre que es bueno en otros sentidos. Según Guthrie

Sea intercesor en persona y ore a favor de los inocentes que necesitan nuestra ayuda y nuestra intervención. La fidelidad tiene precio.

“Ciertamente yo te libraré y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová” (Jeremías 39:18)

El funcionario Ebed-melec fue un instrumento de Dios al ayudar a Jeremías para que sea liberado de la cisterna y el hambre y con libertad consuele al pueblo que fue conquistado por Nabucodonosor quien cuidó al fiel profeta. Dios es tu premio a tu fidelidad, Confía en Él...

Jeremías había permanecido en Jerusalén y fue puesto en cadenas, destinado a la deportación a Babilonia. La vigilante providencia de Dios sobre el apremiado profeta es vista en el oportuno descubrimiento del error y Jeremías, a su arribo a Ramá, fue liberado por las autoridades del comandante babilónico. Se le da la libertad de ir a Babilonia con la promesa especial del rey o de ir donde quisiera. Esta elección al criterio de Jeremías, una libertad otorgada a ningún otro en Judá. Guthrie.

ORE:

Padre que este la verdad de tu Palabra en nosotros, gracias por tu provisión y protección...

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