
La paz y la guerra comienzan en el interior de cada hogar. Si queremos que la paz reine de verdad en el mundo, empecemos por amarnos los unos a los otros en el seno de cada familia. ¡Incluso cuando nos es difícil a veces intercambiar una sonrisa! Es fácil amar a los que están en la otra punta del mundo. No es siempre fácil amar a los que viven a nuestro lado.
La boca habla de la abundancia del corazón. Si tu corazón está lleno de amor, hablarás de amor. Para todos vosotros, yo desearía que vuestro corazón desborde de amor... Según las mismas palabras de Juan Pablo II, cada uno de nosotros tiene que ser capaz de "lavar lo que está sucio, calentar lo que está tibio, fortalecer lo que es frágil, iluminar lo que está oscuro." No tenemos que tener miedo de proclamar el amor de Cridto y de amar como El ha amado. Allí donde está Dios, hay amor; y allí donde hay amor hay siempre una posibilidad de servir. El mundo tiene hambre de Dios.
(...) Tenemos que saber que hemos sido creados para cosas grandes, y no sólo para ser una matrícula en el mundo, para obtener diplomas y certificados, o para ejercer tal o tal profesión. Hemos sido creados para amar y ser amados.

