DETENTE, AURORA DE ESTE NUEVO DÍA.
¡Detente, aurora de este nuevo día, refleja en mis pupilas tu paisaje! Mensajera de amor, es tu equipaje la hermosura hecha luz y profecía.
¡Detente, aurora, dulce epifanía, rostro de Dios, qué bello es tu mensaje! Queme tu amor mi amor que va de viaje en lucha, y en trabajo y alegría.
Avanzamos, corremos fatigados, mañana tras mañana enfebrecidos por la carga de todos los pecados.
Arrópanos, Señor, con la esperanza; endereza, Señor, los pies perdidos, y recibe esta aurora de alabanza. Amén
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