Cuando vayas a hablar recuerda antes lo
que
diras, pues
hay palabras que hieren como
cuchillos
cuando se nos dicen, y dan golpes
como piedras
cuando se escuchan.
Mientras que
otras palabras logran mitigar
una pena cuado
las oímos, y a la vez nos
dan fuerza
cuando atravesamos una prueba
para
levantarnos de una dura caída.
Escoge hoy y
ahora tus palabras, y llevalas
hasta un
corazón dolido, y enciende el
fuego de la
esperanza en el. Te
bendecirá tu
Señor y Dios al levantar a otro.