EL TRABAJO, SEÑOR, DE CADA DÍA
El trabajo, Señor, de cada día nos sea por tu amor santificado, convierte su dolor en alegría de amor, que para dar tú nos has dado.
Paciente y larga es nuestra tarea en la noche oscura del amor que espera; dulce huésped del alma, al que flaquea dale tu luz, tu fuerza que aligera.
En el alto gozoso del camino, demos gracias a Dios, que nos concede la esperanza sin fin del don divino; todo lo puede en él quien nada puede. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Llamé, y él me respondió.
Salmo 119 - DESEO DE LA PAZ
En mi aflicción llamé al Señor, y él me respondió. Líbrame, Señor, de los labios mentirosos, de la lengua traidora.
¿Qué te va a dar o a mandar Dios, lengua traidora? Flechas de arquero, afiladas con ascuas de retama.
¡Ay de mí, desterrado en Masac, acampado en Cadar! Demasiado llevo viviendo con los que odian la paz; cuando yo digo: «Paz», ellos dicen: «Guerra».
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