APACIGUAR LA IRA DE OTRO

OCTUBRE

DIA 06

Un padre enojado contra su hijo, viene la madre lo apacigua, lo calma, es propiciar, intervenir a favor del hijo, ante la furia del padre. Eso hizo Cristo al apaciguar la ira de Dios por el pecado humano, esto es propiciación.

“A quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente” (Romanos 5:25)

“Propiciación quiere decir apaciguamiento de la ira divina por medio de una ofrenda de sacrificio. Algunos niegan que la Biblia contenga esta idea porque no creen que un Dios de amor pueda nunca convertir a sus criaturas en objeto de su ira. Pero la idea está claramente expresada en la palabra griega traducida como «propiciación», que ofrece la única solución ante la condena divina del pecado, tal cual lo explica Pablo en Romanos 1.18-3.20. En el corazón del evangelio yace la idea de que, si Cristo no hubiese tomado sobre sí la ira de Dios que la humanidad merecía, ella todavía pendería sobre nosotros” BP

Hoy se enfatiza el amor de Dios, hay grupos religiosos y tradicionales que, hablan solamente del amor de Dios, incluso sectarios, una vez me dijeron: “Como puede un Dios de amor, enviar a la gente al infierno, que no existe” Pero Dios está “airado contra el impío”. Basta leer textos como 2 Reyes 22:13, unos 72 pasajes en la Biblia tocan la ira de Dios contra el pecado.

En el libro de Levítico y en el Antiguo Testamento, notamos que para apaciguar la ira de Dios, se ofrecía un animal como sacrificio, un cordero para perdón de pecado. En el Nuevo Testamento, Jesús es la “propiciación por los pecados de todo el mundo” 1 Juan 2:2.

El Presidente, el jefe, la Directora, se enojan, pero el enojo de Dios es por el mal, no es por capricho, es ira justa y santa. Se apacigua, se calma en la obra expiatoria de Jesucristo, su propiciación cual cordero, por usted y por mí. Haga de Jesucristo su Señor y Salvador.

ORE:

Padre, gracias por aceptar el sacrificio de Cristo por nuestro pecado. Ahora no estamos bajo tu ira, sino bajo tu misericordia por Jesús, alabado seas Señor, aleluya.

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