COLABORADOR DE DIOS
OCTUBRE
DIA 14
El creyente es considerado colaborador de Dios
(1 Co._3:9). No estando bajo la maldición, sino gozando de la bendición
de Dios, es exhortado a trabajar con fidelidad, «no sirviendo al ojo
sino con corazón sincero, temiendo a Dios» (Col_3:22). La exhortación
sigue así: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el
Señor y no para los hombres» (Col_3:23).
El cristiano fiel puede sentirse alentado, pues su trabajo «en el
Señor no es en vano» (1 Co._15:58). Los creyentes deben ocuparse en
buenas obras (Tito 3:8), viviendo en este siglo sobria, justa y
piadosamente (Tito 2:12) mientras espera la venida de su Señor (Tito
2:13). Su trabajo debe tener un triple propósito: glorificar a Dios (1
Co._6:20), subvenir a sus propias necesidades, para no ser carga a
nadie (1Ti._4:11-12) y poder ayudar a los que padecen necesidad
(Ef._4:28) Este trabajo debe ser llevado a cabo sosegadamente
(2Ti_3:12), sin ansiedad (1 P._5:7) ni avaricia (He._13:5), por cuanto
el Señor ha prometido Su cuidado a todos los Suyos. Por otra parte, hay
la taxativa instrucción de que, por una parte, «si alguno no quiere
trabajar, tampoco coma» (2Ti_3:10); por la otra: «El obrero es digno de
su salario» (Luc_10:7; 1Co_9:14; 1 Ti._5:18)
El mismo Dios encarnado asumió una profesión: la de carpintero
(Mr._6:3), santificando así el trabajo común. Pablo mismo fue ejemplo
de los creyentes, trabajando en su actividad para su sustento (vea a
PABLO). Son numerosísimas las actividades mencionadas en la Biblia. La
primera de ellas, dada al hombre para ejercerla en su estado
paradisíaco, fue la labranza y cuidado de Edén (Ge._2:15). En el estado
eterno, en un contexto de reposo moral, los redimidos de Dios ejercerán
su servicio ante Él (Ap._22:4). Así, el reposo en el que el creyente
entrará no será la cesación de la actividad, sino de la lucha, de la
confrontación contra el enemigo en un sistema hostil, en un estado de
cosas anormal desde la entrada del pecado en el mundo. En los cielos
nuevos y tierra nueva donde morará la justicia (2 P._3:13) no habrá
inactividad, sino una armoniosa labor en una atmósfera de comunión y en
plenitud de goce de la hermosura de la santidad del Señor. DA
¿Trabajas con amor y ahínco para Dios? Es un honor servir y alabar a Dios.
ORE:
Padre, te alabo y sirvo en gratitud a lo que hiciste por mí en la cruz..