GUARDIAS BIEN ARMADOS
MARZO
DIA 16
Alguna vez has sentido la imperiosa necesidad
de orar por alguien pero has decidido ponerlo en tu lista de "cosas por
hacer" y te has dicho: "Oraré mas tarde". O alguna vez te llamó alguien
y te dijo "Necesito que ores por mí, tengo esta necesidad". Lee la
siguiente historia que me fue enviada hace poco, la cual podría cambiar
tu forma de pensar con respecto a las oraciones y la forma de orar. Un
misionero en vacaciones contó la siguiente historia cuando visitaba su
Iglesia local en Michigan, EEUU.
"Mientras servía como misionero en un pequeño hospital en el área
rural de África, cada dos semanas viajaba a la ciudad en bicicleta para
comprar provisiones y medicamentos. El viaje era de dos días y debería
de atravesar la jungla. Debido a lo largo del viaje, debía de acampar
en el punto medio, pasar la noche y reanudar mi viaje temprano al
siguiente día. En uno de estos viajes, llegué a la ciudad donde
planeaba retirar dinero del banco, comprar las medicinas y los víveres
y reanudar mi viaje de dos días de regreso al hospital.
Cuando llegué a la ciudad, observé a dos hombres peleando; uno de los
cuales estaba bastante herido. Le curé sus heridas y al mismo tiempo le
hablé de Nuestro Señor Jesucristo. Después de esto, reanude mi viaje de
regreso al hospital. Esa noche acampé en el punto medio y a la mañana
siguiente reanude mi viaje y llegué al hospital sin ningún incidente.
Dos semanas más tarde repetí mi viaje. Cuando llegué a la ciudad, se me
acerco el hombre al cual yo había atendido en mi viaje anterior y me
dijo que la vez pasada, cuando lo curaba, el se dio cuenta que yo traía
dinero y medicinas. Él agregó: " Unos amigos y yo te seguimos en tu
viaje mientras te adentrabas en la jungla, pues sabíamos que habrías de
acampar. Planeábamos matarte y tomar tu dinero y medicinas. Pero
en el momento que nos acercamos a tu campamento, pudimos ver que
estabas protegido por 26 guardias bien armados". Ante esto no pude mas
que reír a carcajadas, y le aseguré que yo siempre viajaba solo. El
hombre insistió y agrego: "No señor, yo no fui la única persona que vio
a los guardias armados, todos mis amigos también los vieron, y no solo
eso sino que entre todos los contamos".En ese momento, uno de los
hombres en la Iglesia se puso de pie, interrumpió al misionero y le
pidió que por favor le dijera la fecha exacta cuando sucedió ese hecho.
El misionero les dijo la fecha y el mismo hombre le dijo la siguiente
historia. "En la noche de tu incidente en África, era de mañana en esta
parte del mundo, y yo me encontraba con unos amigos preparándome para
jugar golf.
Estábamos a punto de comenzar, cuando sentí la necesidad de orar por
ti, de hecho, el llamado que el Señor hacía era tan fuerte, que les
llamé a algunas personas de nuestra congregación que se reunieran
conmigo en este santuario lo más pronto posible."Entonces, dirigiéndose
a la congregación le dijo: "todos los hombres que vinieron en esa
ocasión a orar, ¿podrían por favor ponerse de pie?" Todos los hombres
que habían acudido a orar por él se pusieron de pie, el misionero no
estaba tan preocupado por saber quienes eran ellos, mas bien se dedico
a contarlos a todos, en total 26 hombres.
Ore por este Ministerio.
ORE:
Padre, gracias por librarnos de los malvados, muévenos a orar por una Iglesia misionera...
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