Salmo 55, 2-7b. 9-14 - CONFIANZA EN LA PALABRA DE DIOS
Misericordia, Dios mío, que me hostigan, me atacan y me acosan todo el día; todo el día me hostigan mis enemigos, me atacan en masa.
Levántame en el día terrible, yo confío en ti.
En Dios, cuya promesa alabo, en Dios confío y no temo: ¿qué podrá hacerme un mortal?
Todos los días discuten y planean pensando sólo en mi daño; buscan un sitio para espiarme, acechan mis pasos y atentan contra mi vida.
Anota en tu libro mi vida errante, recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco, y así sabré que eres mi Dios.
En Dios, cuya promesa alabo; en el Señor, cuya promesa alabo, en Dios confío y no temo: ¿qué podrá hacerme un hombre?
Te debo, Dios mío, los votos que hice, los cumpliré con acción de gracias; porque libraste mi alma de la muerte, mis pies de la caída; para que camine en presencia de Dios a la luz de la vida.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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