Esta
historia, es un relato de cosas que me han sucedido a lo largo de mi
vida, salpicado de situaciones y anécdotas divertidas y otras no tanto
pero que indudablemente las han vivido infinidad de personas, pero
muchas de estas experiencias, desafortunadamente han quedado en el
olvido, sin embargo esta historia seguramente abrirá algunas puertas que
han permanecido cerradas por mucho tiempo, y que sin duda servirá para
recordar como hemos ido forjando nuestro carácter, nuestro acervo
cultural así como el éxito o fracaso en nuestros objetivos.
Ojalá
que este testimonio de vida, les sirva a muchas personas jóvenes para
marcar el rumbo de su vida de manera más acertada, en el que podrán
tomar, si así lo desean, una serie de medidas para evitar, en lo
posible, transitar por caminos más largos y peligrosos para alcanzar sus
objetivos y de esta manera, no caer en las desastrosas consecuencias
que acechan a cada paso en el azaroso andar de nuestras vidas.
Esta
historia se divide en dos partes, La primera: UNA VIDA COMÚN Y
CORRIENTE., Es el relato de mi vida con lo más divertido y sobresaliente
de ella, de mis alegrías y tristezas, de mis éxitos y fracasos, de todo
por lo que muchos seres humanos tenemos que pasar como parte de nuestro
aprendizaje en la vida, y que en un momento dado darse cuenta, de que a
pesar de los consejos de los padres y de las personas a los que
verdaderamente les interesamos, hemos caído en situaciones negativas que
amenazan con acabar con la poca o mucha paz y tranquilidad que nos
queda a pesar de nuestros logros grandes o pequeños.
La
segunda parte: EN BUSCA DEL CAMINO. Es el relato de todo lo negativo a
lo que, por soberbia o necedad o ignorancia, fui conducido con todas las
consecuencias que ello me atrajo, pero que a través de ciertas
experiencias, surgió como luz brillante y reparadora la solución a todos
esos graves problemas en los que me había sumergido, y como un
estruendoso trueno, se avivó la fe en Dios que mucho tiempo estuvo
relegada en un sitio en el que apenas se podía distinguir, ya que la
forma de vida a la que normalmente se aferra el ser humano, nos mantiene
en una posición que realmente no ayuda en nada, ya que a pesar de creer
en Dios lo sentimos tan distante que no nos hemos permitido tener una
relación constante y fluida con Él.
Muchas
gracias a todos los que de alguna manera se involucren en esta historia
que tal vez contenga algo de las experiencias que sin duda muchos hemos
vivido.
Estos
relatos y testimonios abarcan mi vida hasta los 58 años de edad.
Actualmente tengo 70 años y más adelante les compartiré lo que ha
sucedido en mi vida hasta la fecha.
José Luis Hernández Cuéllar.
(No dejen de visitar Los Tiempos del Señor, es muy interesante este estudio.)