ÉL HABITÓ AQUÍ
Dios proclama Su amor de la manera más concreta posible.
Él se hizo hombre, habitó en medio de las personas y se sacrificó para darnos a todos
la oportunidad de tener una vida eterna.
Infelizmente, muchos se rehúsan a creer en esto y terminan perdiéndose.
No te resistas a la Palabra de Dios, estúdiala diariamente y leerás muchas
testificaciones que fortalecerán tu fe en Jesucristo de tal manera que dirás, así como
los apóstoles:
“No podemos dejar de hablar de las cosas que vivimos y oímos”.
Oremos: Fortalece, Señor, mi fe en Ti, pues sin esta fe estoy condenado.
Ayúdame para que nada me aleje de la certeza de que en Cristo tengo el perdón de todos mis pecados y la vida eterna.
Amén.
“Dios mío, tú me has enseñado desde mi juventud,
y aún sigo anunciando tus grandes obras”
(Salmos 71:17)


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