Empujón
celestial
Versículo
Bíblico:
“No tengas
miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy
tu
Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré;
siempre te
sostendré con mi justiciera mano derecha.
” Isaías
41:10
Ayer, mientras estaba haciendo la fila en el banco, me
puse a conversar con un soldado, que me dijo que era un
paracaidista. Impresionado, debido a que le tengo miedo
a las alturas, le pregunté cuántas veces había saltado.
Con una
sonrisa, me respondió: “Pastor, yo nunca he saltado.
¡Ni siquiera
una vez! Lo que sí le puedo decir, es que me han
empujado más de
cuarenta
veces.
Más tarde, recapacitaba en la lección de vida que este
individuo me dio.
La mayoría
de nosotros estaríamos contentos de quedarnos en donde
estamos.
Científicamente hablando, “los objetos en reposo,
tienden a seguir en reposo.”
Sin embargo, hay personas que se dedican a darnos un
empujón.
Nuestras
mamás nos dan un empujón cuando nos enseñan modales y
hábitos.
Los maestros
nos dan un empujón cuando nos ayudan a aprender.
Los
entrenadores nos dan un empujón para mejorar nuestras
habilidades atléticas.
Nuestros
jefes nos dan un empujón cuando nos exigen que
aumentemos las ventas o la
producción.
¡Todo el mundo nos está empujando! Incluyendo el Señor.
Pero antes
de que te molestes con el Señor porque te empuja,
recuerda que Él fue
quien
te creó.
Él fue quien
envió a su único Hijo para salvarte de tus pecados y es
el único que te
sigue
amando, aun cuando no lo mereces.
Si alguien tiene el derecho de darte un empujón, esa
alguien es Dios.
Y lo
más maravilloso de esto es que el empujón que Dios te
da, es para tu bien.
Parafraseando al ejército: Dios quiere ‘que seamos todo
lo que podemos ser’.
De manera
que, si sientes un empujón celestial, no pelees ni te
enojes; de seguro es
Dios
empujándote para tu bien.
Amado Señor, a través del sacrificio de tu Hijo
Jesucristo soy salvo.
Ya que has
hecho tanto por mí, confiaré en tus codazos y empujones,
aun cuando no
los entienda
ni los quiera.
Te pido que
se haga tu voluntad.
Te lo pido
en el nombre de Jesús. Amén.

¡Dios te bendiga!

|