¡Tiro! ¿La bestia?
La Palabra de Dios nos brinda los mejores momentos de la vida. Es algo que no puedo expresar con palabras, algo profundo, es un deleite que hace que uno sienta correr por su interior corrientes de aguas cristalinas, que siente una brisa apacible que nos inunda de gozo y de alegría.
Es como estar frente a un hermoso paisaje de la naturaleza, escuchando la lluvia fina meterese en el lecho de la tierra. Es estar ante un cuadro hermoso pintado por un genio de la pintura.
Cuando leo la Palabra de Dios percibo su grandeza, percibo que él me observa desde su trno, percibo la curiosidad de los ángeles, perccibo su alegría y me conmuevo, y a veces mis lágrimas brotan como pequeños cristales que caen jugando por mi mejilla hasta tocar mis labios y hacerme sentir mejor.
La Palabra de Dios es aquel maná que descendió del cielo en medio del desierto cuando el pueblo judío moría de hambre. Es el pan de vida, es el alimento ideal para el espíritu humano.
Pero este libro va más allá de todo deleite humano. Es la verdad de Dios revelada con amor, es la antorcha que guía nuestros pasos a travás del laberinto del conocimiento humano. Este maravillo manuscrito nos pone en contacto con nuestro Creadoor, nos revela su verdad, su amor, su justicia, su grandeza.
Es la Estrella de Belén que nos conduce por el camino abierto cubierto de astros, que nos conduce al puerto seguro, a lugar donde encontraremos ya al niñ crecido que nos recibirá con sus tres regalos de amor: salvación, redención y misericorfia.
Sus páginas encierran los misterios de la vida, del universo y del hombre. Son nuestros espejos que nos hacen ver cuan pequeños somos, pero cuan grandes nos hacemos cuando aceptamos con humildad que Dios es el Autor y Creador de la vida.
La Biblia tiene una respuesta para todo. Jesús siemppre decía:"Escrito está". No hay "nada nuevo" decía Salmón debajo del cielo.
Y es una gran verdad. Todo cuanto debemos saber ya fue dado, ya fue escrito, ya fue profetizao.
Las Sagradas Escrituras no fueron para ser entendidas con los cinco sentidos, ni aplicando la razón, ni el pensamiento metafíco, ni aplicando el razonamiento lógico. La Biblia no fue escrita para los intelectuales que piensan que tienen la verdad agarrada por rabo, la Biblia no fue escrita para esos profesores que todo lo analizan y siempre terminan negando a Dios y burléndose de los que creemos, la Biblia no fue escrita para que los científicos de la NASA la aceptaran como una verdad, la Biblia no fue escrita para los grandes pensadores, para los filósofos, politálogos, sabios ni eruditos. La Biblia fue escrita para que el "borrachito" dejara su mal camino, para que la ramera fuera libertada, para que el pobre tuviera una esperanza, para que el necio aumentará su saber, para que lo despreciable de la tierra viera la luz del conocimiento de Dios, la Biblia fue escrita para todos.
Para buenos y malos, justos e injustos, piadosos o crueles, reya mendigos,viejos o jóvenes, sabios o ignorantes. La Palabra de Dios es el alimento espiritual para toda la humanidad.
Pero, los seres humanos, en vez de alimentarse de la hierba verde y deliciosa, prefiere el pan podrido con levadura.El ser humano decarta la luz y se abraza a las tinieblas, rechaza el conocimiento divino revelado por aceptar el conocimiento humano adquirido por los cinco sentidos, por los cinco engañadores más grande de la historia, unos ojos que ven lo que les conviene ver, una nariz que no olfatea el rico olor de Dios, unos oídos que no escuchan el sonido apacible de la voz de Dios como lo escuchaba Elías en la cueva, un paladar que no saborea el rico maná del cielo y una piel que no puede sentir las caricias que Dios nos envía en su brisa.
Podemos obviar la Palabra de Dios, pero eso no ha de cambiar su grandeza y majestuosidad.
En ella encontraremos la verdad sobre los tiempos del fin. Satanás podrá sembrar la semilla de la confusión como lo ha hecho, lo está haciendo y lo hará, pero no podrá opacar la luz que nos guirá a la verdad de Dios.