Restitúyeme el
gozo de tu salvación.
He visto sus caminos, pero lo sanaré; lo guiaré y le
daré consuelo a él y a los que con él lloran.
Venid ahora, y razonemos –dice el SEÑOR- aunque vuestros
pecados sean como la grana, como la nieve serán
emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como
blanca lana quedarán.
Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí
mismo, y no recordaré tus pecados.
Volved, hijos infieles, yo sanaré vuestra infidelidad.
Aquí estamos, venimos a ti, porque tú, el SEÑOR, eres
nuestro Dios.
Escucharé lo que dirá Dios el SEÑOR, porque hablará paz
a su pueblo, a sus santos; pero que no vuelvan ellos a
la insensatez.
Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus
beneficios. El es el que perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus enfermedades.
El restaura mi alma;
A ti doy gracias, oh SEÑOR, porque aunque estabas airado
conmigo, se ha apartado tu ira, y me has consolado.
Sostenme, para estar seguro.
Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí
mismo, y no recordaré tus pecados.


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