Si
usted sale a su jardín y arroja al suelo un poco de aserrín, los
pájaros no se fijarán en él; pero si en cambio arroja migas de pan, en
seguida verá cómo los pajaritos bajan a los árboles para arrebatarlas.
El que es realmente hijo de Dios conoce bien la diferencia, por así decirlo, entre el aserrín y el pan. Muchos
que se dicen cristianos están comiendo del aserrín del mundo, en lugar
de ser alimentados por el Pan que desciende del cielo. Lo único que puede satisfacer los anhelos del alma es la Palabra del Dios viviente.
Por D.L. Moody