Parte
9
Lo que nos dará derecho a reclamar esa
herencia de grandes y maravillosos tesoros espirituales que en mal momento el
hombre cambió por los tesoros materiales, es el hacer nuestra realmente la
Palabra de Dios que se encuentra escrita por el Evangelista Juan en el cap. 8:
versículos 31 y 32 que dice:
Si ustedes guardan siempre mi Palabra, serán
mis verdaderos discípulos, entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará
libres.
Si guardamos fielmente la Palabra de Jesús,
serán nuestras todas las promesas que Dios hace al hombre, entre ellas, la
promesa siguiente que nos dará la bendición para esforzarnos y ser valientes
para guardar y enseñar a cumplir su mandato.
Les dejo la paz, les doy mi paz. La
paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes
angustia ni miedo.
Juan cap. 14: versículo 27
Así pues, si queremos ser elevados a la
condición de ser reconocidos como hijos obedientes de Dios meditemos
profundamente en la Palabra de Jesús, pidiendo al Espíritu Santo la conducción
necesaria para discernir adecuadamente las Escrituras del Nuevo Testamento.