Roberta de apenas dieciséis años, fue abandonada por su esposo, obligándola a criar sola a sus dos hijos.
Vivía
en México, en extrema pobreza, no tenía ningún tipo de educación, pero
soñaba con una vida mejor. Solo con muy poco dinero para alimentar ese
sueño, se dirigió a Los Ángeles, en donde usó sus últimos siete dólares
para tomar un taxi que la llevaría a la casa de un pariente lejano.
Roberta
se negó a vivir de la caridad de otros. Rápidamente encontró dos
trabajos como lava copas, y haciendo tortillas desde la medianoche hasta
las seis de la mañana. Esto le permitió ahorrar quinientos dólares que
invirtió en su propia máquina de hacer tortillas.
Con
el correr del tiempo, y con mucho esfuerzo, Roberta se convirtió en la
directora del mayor negocio de venta de mayorista de alimentos de México
en el mundo. Y agregado a este éxito, Roberta Banuelos fue escogida
personalmente por Dwight D. Eisenhower para ser la trigésimo séptima
Ministra de Hacienda de los Estados Unidos.
Ella
fue ejemplo de lo que Eisenhower dijo acerca de los sueños que impulsan
nuestro futuro: “Tenemos éxito solamente si elegimos un objetivo
predominante en la vida, en la guerra o en cualquier otro lado, y
conseguir que todas las demás circunstancias se inclinen ante ese único
objetivo”.
El futuro pertenece a los que creen en la belleza de sus sueños.
Marcos 9:23
Todas las cosas son posibles para el que cree.
Si Roberta lo logro… porque nosotros no...
Mi mayor deseo es que sus sueños se conviertan en realidad!
Que tengan un fin de semana lleno de bendiciones… solo debemos confiar y creer en uno solo…
Marthita Torres