Recibi
una llamada telefonica del pastor Mena, de la Iglesia Bautista de
Miami, diciendome que le habian solicitado ir a visitar a una enferma de
cancer, de nombre Alejandra, a la cual el hospital habia enviado a su
casa a morir, porque ya le quedaban dos dias de vida, pero que el no
podia hacer la visita porque tenia otro compromiso a esa misma hora y
que si yo podia ayudarle en ese caso.
Le dije que si, que con todo gusto haria la visita por el.
La
direccion era cercana a mi casa, y decidi irme caminando, era uno de
esos dias, en los cuales, estaba haciendo ayuno, cuando uno unicamente
desea orar, y casi no desea conversar con nadie, pero alli iba, gozoso a
predicar la Palabra de Dios a una moribunda.
Llegue
a la casa, abrio la puerta Rodrigo, el padre de Alejandra, y con
rostro de amargura me pidio que me retirara, que no me dejaria
entrar, porque su hija no me podia atender debido a su gravedad.
Yo
le dije que era un cumplidor de misiones, y que se me habia asignado ir
a hacer la visita, por lo tanto, no me marcharia asi, tan facilmente.
Entonces, Rodrigo me dijo:
-Tiene diez minutos nada mas, ella no puede hablar ni escuchar,
le dije:
-esta bien.
Cuando llegue hasta el lecho de enferma de Alejandra, practicamente era un cadaver, flaca y sin moverse para nada.
Cuando dije su nombre:
-Alejandra
Ella
abrio sus ojos, entonces le pregunte si queria que le leyera la Biblia,
y ella respondio con un movimiento de cabeza, y dijo que si.
Rodrigo estaba sorprendido.
Yo
vi el reloj, y vi que me quedaban 7 minutos unicamente, en ese momento
el Espiritu Santo, me hablo al corazon y senti que me dijo:
-Lee el capitulo 10 del Evangelio de Juan,
lo hice, lo lei todo,
y alli se terminaron los diez minutos.
Rodrigo me dijo que si deseaba podia quedarme un tiempo mas, pero yo le dije, ya termine, es hora de marcharme.
Me retire, llame al pastor Mena y le informe de lo acontecido.
Luego
de una semana, llame a mi amigo pastor y le dije que si deseaba que
fueramos juntos a ver a Rodrigo, para darle palabras de consuelo por la
muerte de Alejandra ( porque esa era la idea que teniamos ).
Nos pusimos de acuerdo y salimos a hacer la visita.
Cuando
ibamos caminando, una joven paso al frente nuestro, con ropa deportiva,
trotando, haciendo ejercicios y nos saludo con su mano, luego nosotros,
cabisbajos, llamamos a la puerta, y con una amplia sonrisa, nos recibio
Rodrigo, y le preguntamos sobre Alejandra, entonces el nos respondio:
- Desde ese mismo dia, que le leyeron la Biblia, ella empezo a comer, se levanto por la noche, y ahora anda corriendo .
A
la siguiente semana, llame telefonicamente a Rodrigo y me dijo que toda
la familia habia recibido a Cristo en su corazon y que estaban
asistiendo a una iglesia cercana a su casa.