Pensamientos de Einstein
Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.
1 Pedro 3:18
Durante muchos meses
la revista «Time» procuró determinar a quién elegiría como «la
personalidad del siglo XX». Después de muchas y variadas propuestas,
Einstein (1879-1955) quedó como el ilustre vencedor. Fue un
investigador, recibió el premio Nobel de Física, fue un convicto
sionista y un filósofo.
Una eminente personalidad dijo de Einstein:
«Él amplió la investigación de la humanidad acerca de un universo
infinito, pero al mismo tiempo demostró que el ser humano es un ser
finito». Einstein se colocaba él mismo en esta posición y hablaba de
Dios con cierta humildad y temor. «Dios no juega a los dados con el
universo que creó». Con estas palabras el físico se colocaba en una
posición contraria a la de algunos científicos que piensan que el
universo se originó casualmente del caos mediante un estallido inicial.
Ese
genio de las Ciencias incluso dijo: «Por medio de las matemáticas sé
que existe un Dios, pero con las matemáticas no puedo encontrar a Dios».
No
sabemos si este hombre halló la paz con Dios, pero una cosa sabemos: el
gran Dios todopoderoso se acerca a aquel que se inclina humildemente
ante él y cree en su Hijo Jesucristo, quien fue hecho hombre y vivió en
esta tierra. Al morir en la cruz por los pecados de cada persona, el
Salvador nos abrió el camino hacia Dios. La fe en Jesucristo es el único
medio para acercarnos a Dios y obtener la salvación y la vida eterna.