No tengo tiempo
Bartimeo el ciego… estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!… Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Marcos 10:46-50
¿Cuántas
veces ha dicho u oído esta frase?
¡No tengo tiempo! No tengo tiempo de
reflexionar,
de ayudar a mi amigo o vecino; no tengo tiempo
de entrar en
contacto con Dios, de leer las Sagradas
Escrituras o de congregarme, no
tengo tiempo
de pensar en mi alma…¿Acaso esto se debe a que
las
necesidades de su cuerpo, como comer,
vestirse, hacer deporte, le
preocupan demasiado?
¿O su mente es estorbada por numerosas cosas:
televisión, música, estudios, salidas, etc.? Tome
conciencia de que el
enemigo de su alma quiere
pedir que usted se detenga. ¿Ha pensado que
algún
día –lo quiera o no– llegará el tiempo de morir?
¿Está preparado
para ir al encuentro de Dios? Bartimeo el ciego mendigaba junto al
camino
cuando oyó el ruido de una multitud que se
acercaba.Le dijeron
que era Jesús que pasaba.
Entoncesclamó con todas sus fuerzas:
“¡Jesús…
ten misericordia de mí!”.
Muchos quisieron que se callase. Pero él
clamaba
aún más. ¡Y Jesús se detuvo! No estaba demasiado
ocupado, ni
apresurado… En medio de su inmensa
tarea, de aplastantes necesidades,
siempre estaba y
está disponible para cada uno. ¡También lo está
para
usted hoy! Pero, ¿tiene usted tiempo para él?
(De la red)
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