¿Quién es su héroe?
No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, esto hago.
Romanos 7:19
Una
revista organizó una encuesta para 2.000 alumnos de entre 10 y 15 años
de edad. Se quería saber cuáles eran los ejemplos o las importantes
figuras que esos jóvenes deseaban imitar. Después de sus padres, ante
todo nombraron estrellas de la música, de la televisión y también
eminentes deportistas.
Sólo un escolar de 12 años mencionó –según se
dice– «la cima del idealismo». Su héroe era Jesús de Nazaret. «Si se
pudiera vivir como él, sin pecado –explicó el chico–, sería bueno. Mas
yo no lo consigo».
Sólo uno de entre 2.000 dio la preeminencia a
Jesucristo, ¿no es conmovedor? Pero por lo menos hubo uno que expresó su
gran estima por Jesús, el nazareno despreciado.
«Yo no lo consigo»,
también deben confesar todos los que alguna vez hayan reflexionado en la
perfecta vida sin pecado de Jesucristo, el único que podía decir:
“¿Quién de vosotros me redarguye (convence) de pecado?” (Juan 8:46). Y
uno de sus discípulos dio el siguiente testimonio: “No hay pecado en él”
(1 Juan 3:5).
Sin embargo, Jesucristo dice a todo aquel que reconoce
su pecado y se lo confiesa: “Sígueme”. Son innumerables los que le han
confiado su vida y le han seguido. En su caminar con Cristo, ellos
fueron conmovidos por la gloriosa irradiación de su Persona.
Experimentaron lo que dice 2 Corintios 3:18: “Mirando a cara descubierta
como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados… en la misma
imagen”. De este modo, otros pudieron reconocer a Cristo en ellos.
((de la red))
https://www.gabitos.com/fuente-de-vida/reflexmarta_vargas.php