La oración
Dios mío… a ti oraré… de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
Salmo 5:2-3
Perseverad en la oración.
Colosenses 4:2
![http://fuentedevida.f.u.pic.centerblog.net/5ddd1c86.png](http://fuentedevida.f.u.pic.centerblog.net/5ddd1c86.png)
«Papá, ¿podrías…?». Los niños que tienen un padre disponible son privilegiados, porque un papá sabe resolver muchos problemas.
Los
cristianos, es decir, las personas que han aceptado a Jesucristo como
su Salvador, pueden hablar libremente a Dios, su Padre celestial, por
medio de la oración.
Podemos hacernos tres preguntas: ¿Dónde orar? ¿Cuándo orar? ¿Cómo orar? Las respuestas son sencillas y están en la Biblia.
¿Dónde?: “Que los hombres oren en todo lugar” (1 Timoteo 2:8).
¿Cuándo?: “Velad, pues, en todo tiempo orando” (Lucas 21:36).
¿Cómo?: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia” (Hebreos 4:16).
En esto Jesucristo es nuestro modelo perfecto. A menudo lo vemos orando en los evangelios. Tomémoslo como ejemplo.
Cuando
estemos confrontados a problemas aparentemente insolubles, cuando las
inquietudes nos asalten o las preocupaciones nos sumerjan, sencillamente
arrodillémonos para hablar a Dios, como el niño que se dirige a su
padre. A Él podemos exponer con fe y fervor nuestras necesidades más
profundas. Él conoce lo que queremos expresarle, pero le agrada oírnos, y
en el momento oportuno responderá con bondad. En lo inmediato podremos
experimentar su paz, sabiendo que nos ha escuchado.
![http://fuentedevida.f.u.pic.centerblog.net/5ddd1c86.png](http://fuentedevida.f.u.pic.centerblog.net/5ddd1c86.png)
((De la red))