Más que un simple anillo
Un
muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el
mejor anillo de compromiso que tuvieran. El joyero le presentó uno. La
hermosa piedra solitaria brillaba como un diminuto sol resplandeciente.
El
muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó, luego pidió
el precio y se disponía a pagarlo cuando... Se va usted a casar pronto? -
Le preguntó el joyero. No! - respondió el muchacho - Ni siquiera tengo
novia. La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador.
Es para
mi mamá - dijo el muchacho - Cuando yo iba a nacer estuvo sola; alguien
le consejo que me matara antes de que naciera, así se evitaría
problemas.
Pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo
muchos problemas... muchos!. Fue padre y madre para mí, fue amiga y
hermana, y fue mi maestra.
Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de
compromiso.
Ella
nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por
mí, ahora yo haré todo por ella. Quizás después entregue otro anillo de
compromiso.
Pero
será el segundo. El joyero no dijo nada, solamente ordenó a su cajera
que hiciera al muchacho el descuento que se hacía nada más a los
clientes importantes.
Tenemos casas más grandes, pero familias
más chicas. Tenemos más compromisos, pero menos tiempo. Tenemos más
medicinas, pero menos salud.
Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero hemos reducido nuestros valores.
Hablamos
mucho, amamos poco y odiamos demasiado. Hemos llegado a la luna y
regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a
nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el
interior. Tenemos mayores ingresos, pero menos moral. Estos son tiempos
con más libertad, pero menos alegría. Con más comida, pero menos
nutrición. Son días en los que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan
los divorcios. Son tiempos de casas más lindas, pero más hogares rotos.
POR ESO...
Siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte
en las malas hierbas; pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos,
en el campo, en la playa; come tu comida preferida; visita los sitios
que ames. La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es solo
para sobrevivir. Escribamos aquella carta que pensábamos escribir "Uno
de estos días". Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuanto los
queremos.
Por eso no retardes nada que agregue risa y alegría en
tu vida. Confía Plenamente en Dios. Ama a tu projimo como a ti mismo.
Cada DIA, HORA, MINUTO
es especial.
Cortesía de "Oro Refinado"
**((De la red))**