Aviva la llama
El que confía en sus riquezas, caerá: Mas los justos reverdecerán como ramos. -Proverbios 11:28
Cuentan que un rey muy rico de
la India, tenía fama de ser indiferente a las riquezas materiales y
hombre de profunda religiosidad, cosa un tanto inusual para un personaje
de su categoría.
Ante esta situación y movido por la
curiosidad, un súbdito quiso averiguar el secreto del soberano para no
dejarse deslumbrar por el oro, las joyas y los lujos excesivos que
caracterizaban a la nobleza de su tiempo.
Inmediatamente después
de los saludos que la etiqueta y cortesía exigen, el hombre preguntó:
“Majestad, ¿cuál es su secreto para cultivar la vida espiritual en medio
de tanta riqueza?
El rey le dijo: "Te lo revelaré, si recorres
mi palacio para comprender la magnitud de mi riqueza. Pero lleva una
vela encendida. Si se apaga, te decapitaré".
Al término del paseo, el rey le preguntó: "¿Qué piensas de mis riquezas?"
La persona respondió: "No vi nada. Sólo me preocupé de que la llama no se apagara".
El
rey le dijo: "Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado tratando de avivar
mi llama interior, que no me interesan las riquezas de fuera".
Muchas
veces deseamos vivir como mejores cristianos y tener vida espiritual,
pero sin decidirnos a apartar la mirada de las cosas que nos rodean y
deslumbran con su aparente belleza.
Procuremos "ver hacia adentro" y avivar nuestra llama espiritual.
(( De la red))