CREYÓ EN LA PALABRA DEL PRÍNCIPE
Cuenta la historia que un hombre fue condenado a muerte. Cuando ya
iba a ser decapitado, el príncipe que era el encargado de la ejecución
le preguntó si tenía algo que pedir. Todo lo que el reo pidió fue un
vaso de agua. Cuando se la trajeron, temblaba tanto que no pudo
acercar el agua a sus labios.
Entonces el príncipe le dijo que se tranquilizara, pues nada le
sucedería hasta que hubiese terminado de beber esa agua.
El hombre confió en la palabra del príncipe, y arrojó el vaso al
suelo. No pudieron recoger el agua derramada, y así el reo se salvó.
Mi amigo, tú puedes ser salvo ahora, creyendo en la Palabra de Dios.
El agua de vida se ofrece ahora a todo el que quiera tomarla. Toma de
ella y vivirás.
Paulo Barbosa.