La palabra verídica
D. L. Moody predicaba en cierta ocasión
con respecto al valor de la Palabra de Dios
en la vida del hombre. Repentinamente,
fue interrumpido por la estentórea voz
de uno de los concurrentes que dijo:
--No creo ni una palabra
de esas fábulas de viejas
que usted dice que es la Biblia.
Señor—replicó el orador--,
hay un versículo en la Biblia
que se verá obligado a creer:
“Todo lo que el hombre sembrare,
eso también segará”.
El hombre que siembra trigo,
no recogerá patatas ni maní.
Tomemos como ejemplo el cantinero:
siembra borrachos
y recogerá borrachos
El hombre se sentó, en circunstancias
que el auditorio aplaudió al orador.
Moody naturalmente
no conocía al hombre,
pero sí los concurrentes a la conferencia.
Se trataba de un conocido ateo,
dueño de una cantina.
Todos sus hijos,
tanto varones como muchachas,
eran borrachos
(( De la red ))