Como Cieno
"No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal"
(Romanos 12:21).
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Un joven, sintiéndose hondamente insultado por otro en el
lugarejo en el que vivía, buscó el hombre más influyente de
la ciudad, llamado "Padre" Graham por casi todo el mundo, y
exigió del tratamiento sufrido. Mostrándose furioso, el
joven dijo que no admitía aquello y que iría a exigir
satisfacciones. El anciano, con mucha sabiduría, contestó:
"Querido joven, reciba el consejo de un hombre viejo que ama
la paz. Un denuesto es como cieno. Será removida con mucho
más facilidad cuando esté seca. Espere un poco hasta que
ambos, él y usted, estén calmos, y todo se resolverá de
manera mucho mejor. Buscarlo ahora solo resultará en una
contiende amarga." El joven aceptó el consejo y dijo que lo
buscaría en el día siguiente. Pero antes del plazo planeado
el que lo había insultado lo buscó e imploró su perdón. Ni
siempre acontece asimismo, pero sería muy bueno que
recordásemos de las sensatas palabras de aquel anciano: "Un
denuesto es como cieno. Será removida con mucho más
facilidad cuando esté seca."
Uno de los grandes problemas que tenemos en nuestras
relaciones es que no sabemos colocar las crisis surgidas en
el altar de Dios y esperar de él la mejor solución para
resolverlas. Muchas veces perdemos la paz y la alegría
simplemente porque reaccionamos con ímpetu a las afrentas
recibidas.
Eso acontece , en el trabajo, en el círculo de
amigos y hasta en la iglesia. Basta una palabra más áspera,
una respuesta más agresiva, una actitud que nos contraria y
luego perdemos la tranquilidad, rebatimos y, de esta forma,
igualamonos a aquellos que nos insultan. Por instantes
es quecemonos de que, como cristianos, debemos actuar de
manera diferente. No hay mejor reacción a un acto hostil de
lo que la retribución ofrecida por un ademán de amor y
perdón.
Cuando una persona agrede a otra con palabras groseras,
espera que esta represalia a su acto de la misma forma.
Estará lista para una nueva ofensiva. Si la respuesta viene
en forma de amor y cariño, toda suya estrategia será
deshecha, el agredido se quedará en paz, conquistará la
victoria y el nombre del Señor será engrandecido.
Alabe al Señor. Viva en paz. Retribuya siempre con amor.