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General: Consumismo
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Mercedera  (Mensaje original) Enviado: 24/11/2009 17:38

Más o menos, todos sabemos lo que significa vivir por encima de las propias posibilidades. Gastar más de lo que se tiene, no llegar a fin de mes, vivir a crédito... cuando la situación dura mucho, suele terminar en el drama particular. La actual crisis financiera es una demostración de lo que ocurre cuando el mal se extiende a muchos: termina abruptamente el cuento de la lechera y llega el pinchazo de la burbuja.

Ahora, un estudio demuestra que la Humanidad vive, en términos globales, sobre otra gran burbuja, la de los recursos. Si miramos el planeta como si fuera un sólo hogar y a la población mundial como si fuera una simple familia, resulta que estamos viviendo muy por encima de lo que podemos permitirnos. En realidad, nos gastamos al año sueldo y medio. O dicho de otra forma, más o menos al llegar julio ya nos habíamos fundido los recursos que teníamos para todo 2009.

Estas conclusiones se extraen del estudio sobre la huella ecológica mundial presentado ayer por el Global Footprint Network, un think tank con sede en California que realiza valoraciones del consumo de recursos a escala global. Cada año, el Global Footprint Network calcula la llamada huella ecológica de más de 100 países y la de la Humanidad en conjunto. La huella ecológica es un concepto que ha ido ganando presencia como herramienta de análisis ambiental. Se define como la cantidad de tierra productiva y de zonas marinas productivas requeridas para generar los recursos que una población consume y para asimilar los desechos que esa misma población genera.

Consumo y desechos

Según los autores del informe, la Humanidad necesita cada año una cantidad de recursos que para ser producidos de forma sostenible tendrían que proceder de un planeta y medio como el nuestro. El estudio afirma: "Los datos muestran que demandamos recursos naturales y generamos residuos, como el CO2, a un ritmo que es un 44% más rápido de lo que la naturaleza tarda en regenerar y absorber". Dicho de otro modo, la Tierra necesita unos 18 meses para recuperarse del esfuerzo que le exigimos cada año.

Según el Global Footprint Network "las urgentes amenazas a las que nos enfrentamos hoy, como el cambio climático, pero también la pérdida de biodiversidad, la disminución de los bosques, el agotamiento de las pesquerías y la pérdida de recursos hídricos, son síntomas de esta alarmante tendencia" hacia el consumo desmesurado.

Los analistas han trabajado con datos referidos a 2006, por ser el año más cercano del que se tenían cifras concretas y homogéneas para todos los países. Han comprobado que entre 2005 y 2006 la huella ecológica de la humanidad aumentó en torno al 2% debido al crecimiento tanto de la población como del consumo. Este avance va en sintonía con lo ocurrido en la década previa, cuando la huella ecológica creció un 22%.

Lo que los autores señalan es que, al mismo tiempo que crece la presión sobre los ecosistemas, la capacidad que tienen estos para satisfacer nuestras demandas se mantiene igual o, en todo caso, decrece. Algo que resulta fácil de entender: las selvas ya cortadas o las pesquerías agotadas no pueden volver a usarse al año siguiente.

El estudio sana en matices cuando se desciende al nivel de continente o de países. Los cálculos muestran que hay una gran disparidad entre estados. Usando como unidad de medida la hectárea global por persona, es decir, la cantidad de terreno de todo el mundo que necesita cada ciudadano de un país para vivir como vive, se observa que hay algunos que tienen huellas ecológicas de 10 hectáreas per capita y otros que no llegan a una hectárea por cabeza.

Como ejemplo, si toda la Humanidad adquiriera el nivel de consumo de EEUU, harían falta cinco planetas para abastecernos y absorber nuestra contaminación. Pero no es EEUU, sino Emiratos Árabes Unidos el país que copa el ranking de los más gastosos. Y curiosamente, es también uno de los primeros que se ha embarcado en un proyecto nacional para bajarse de ese podio tan poco gratificante. Desde 2007, su Gobierno impulsa un plan de eficiencia y de inversiones millonarias en tecnologías renovables para disminuir su huella ecológica. Ése es, según el Global Footprint Network, el camino que todos deberían seguir.

Aticulo del diario El Mundo

Más o menos, todos sabemos lo que significa vivir por encima de las propias posibilidades. Gastar más de lo que se tiene, no llegar a fin de mes, vivir a crédito... cuando la situación dura mucho, suele terminar en el drama particular. La actual crisis financiera es una demostración de lo que ocurre cuando el mal se extiende a muchos: termina abruptamente el cuento de la lechera y llega el pinchazo de la burbuja.

Ahora, un estudio demuestra que la Humanidad vive, en términos globales, sobre otra gran burbuja, la de los recursos. Si miramos el planeta como si fuera un sólo hogar y a la población mundial como si fuera una simple familia, resulta que estamos viviendo muy por encima de lo que podemos permitirnos. En realidad, nos gastamos al año sueldo y medio. O dicho de otra forma, más o menos al llegar julio ya nos habíamos fundido los recursos que teníamos para todo 2009.

Estas conclusiones se extraen del estudio sobre la huella ecológica mundial presentado ayer por el Global Footprint Network, un think tank con sede en California que realiza valoraciones del consumo de recursos a escala global. Cada año, el Global Footprint Network calcula la llamada huella ecológica de más de 100 países y la de la Humanidad en conjunto. La huella ecológica es un concepto que ha ido ganando presencia como herramienta de análisis ambiental. Se define como la cantidad de tierra productiva y de zonas marinas productivas requeridas para generar los recursos que una población consume y para asimilar los desechos que esa misma población genera.

Consumo y desechos

Según los autores del informe, la Humanidad necesita cada año una cantidad de recursos que para ser producidos de forma sostenible tendrían que proceder de un planeta y medio como el nuestro. El estudio afirma: "Los datos muestran que demandamos recursos naturales y generamos residuos, como el CO2, a un ritmo que es un 44% más rápido de lo que la naturaleza tarda en regenerar y absorber". Dicho de otro modo, la Tierra necesita unos 18 meses para recuperarse del esfuerzo que le exigimos cada año.

Según el Global Footprint Network "las urgentes amenazas a las que nos enfrentamos hoy, como el cambio climático, pero también la pérdida de biodiversidad, la disminución de los bosques, el agotamiento de las pesquerías y la pérdida de recursos hídricos, son síntomas de esta alarmante tendencia" hacia el consumo desmesurado.

Los analistas han trabajado con datos referidos a 2006, por ser el año más cercano del que se tenían cifras concretas y homogéneas para todos los países. Han comprobado que entre 2005 y 2006 la huella ecológica de la humanidad aumentó en torno al 2% debido al crecimiento tanto de la población como del consumo. Este avance va en sintonía con lo ocurrido en la década previa, cuando la huella ecológica creció un 22%.

Lo que los autores señalan es que, al mismo tiempo que crece la presión sobre los ecosistemas, la capacidad que tienen estos para satisfacer nuestras demandas se mantiene igual o, en todo caso, decrece. Algo que resulta fácil de entender: las selvas ya cortadas o las pesquerías agotadas no pueden volver a usarse al año siguiente.

El estudio sana en matices cuando se desciende al nivel de continente o de países. Los cálculos muestran que hay una gran disparidad entre estados. Usando como unidad de medida la hectárea global por persona, es decir, la cantidad de terreno de todo el mundo que necesita cada ciudadano de un país para vivir como vive, se observa que hay algunos que tienen huellas ecológicas de 10 hectáreas per capita y otros que no llegan a una hectárea por cabeza.

Como ejemplo, si toda la Humanidad adquiriera el nivel de consumo de EEUU, harían falta cinco planetas para abastecernos y absorber nuestra contaminación. Pero no es EEUU, sino Emiratos Árabes Unidos el país que copa el ranking de los más gastosos. Y curiosamente, es también uno de los primeros que se ha embarcado en un proyecto nacional para bajarse de ese podio tan poco gratificante. Desde 2007, su Gobierno impulsa un plan de eficiencia y de inversiones millonarias en tecnologías renovables para disminuir su huella ecológica. Ése es, según el Global Footprint Network, el camino que todos deberían seguir.

Atoculo del diario El Mundo.



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