Las medusas son conocidas especialmente por su capacidad de ocasionar
picaduras a través de unas células urticantes situadas en los
tentáculos. También son depredadores muy voraces capaces de alterar los
ecosistemas marinos. Suelen aparecer en verano, pero el cambios de
temperatura de las aguas ha propiciado su aprición también en invierno
Un estudio realizado durante 50 años por un equipo internacional en
el que ha participado el Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO)
confirma que la extensión e intensidad de las proliferaciones de la
medusa Pelagia noctiluca cada vez es mayor. Las causas son muy diversas y
complejas: la sobrepesca y el calentamiento actual del agua del mar.
"Desde 2002 la frecuencia de estos organismos en el Atlántico nororiental es mayor durante los inviernos
debido a que éstos han sido más cálidos, con la tendencia a aparecer
más temprano y más tiempo en su ciclo anual", señala María Luz Fernández
de Puelles, la única coautora española del estudio e investigadora en
el Centro Oceanográfico de Baleares del IEO.
El estudio, que se ha publicado en la revista Biology Letters,
recoge 50 años de análisis y demuestra que durante los inviernos más
cálidos se favorece la entrada de la corriente superficial al Mar
Mediterráneo a través de Gibraltar, y con ella las condiciones adecuadas
para la medusa Pelagia noctiluca. Esta especie prolifera en las costas españolas, donde hay más alimento que en las zonas oceánicas.
Consecuencias para la pesca y el turismo
Los científicos registraron Pelagia noctiluca adultas en diferentes lugares del Mediterráneo occidental, entre ellos las islas Baleares.
Su abundancia llamó la atención en el otoño e invierno de 2007 y
durante la primavera de 2010, además de los veranos. Según datos
existentes para el Mediterráneo, la periodicidad de sus proliferaciones
es de 12 años, con una mayor permanencia de cuatro años. "Pero desde
1998 estos periodos se han acortado y son más frecuentes", asegura
Fernández de Puelles.
El aumento de medusas a lo largo del año afecta "directamente" a las pesquerías, a la acuicultura, y al turismo,
"por sus efectos tóxicos y el veneno de las células urticantes y por
aparecer especialmente en verano causando un importante efecto
socio-económico", apunta Fernández de Puelles. Según la experta, el
aumento de la cantidad y del tiempo de permanencia de las medusas se
debe sobre todo a la sobrepesca, pero los efectos hidroclimáticos, como
el cambio climático y el calentamiento actual del agua del mar, también influyen.
La medusa 'Pelagia noctiluca' puede formar 'enormes enjambres'
visibles en costas y playas españolas. "Las medusas son depredadores muy
voraces en lo alto de la red trófica, se alimentan directamente de
larvas de peces y compiten por el alimento con otros organismos del
zooplancton, por lo que alteran drásticamente la estructura trófica de los ecosistemas marinos", manifiesta la científica. "Sus consecuencias se deben seguir investigando",concluye.
Articulo del diario El Mundo.
Saludos de Mercedera