Un hombre joven estaba de compras en el supermercado, cuando notó que una viejecita lo seguía por todos lados. Si él paraba, ella paraba, además de quedársele viendo!!...
Al fín, camino a la Caja , ella se atrevió a hablarle y volteándose le dijo: "Espero que no lo haya hecho sentirse incómodo; es sólo que usted se parece mucho a mi hijo"
El joven, con un nudo en la garganta, replicó que estaba bien, que no había problema.
-Sé que lo que le voy a pedir es algo poco común, pero si usted me dijera: "Adiós mamá" cuando me vaya del supermercado, me haría muy felíz!...
El joven sabiendo que sería un gesto que llenaría el corazón y espíritu de la viejecita, accedió.
Entonces, mientras la viejita pasaba por la caja registradora se volteó y sonriendo, con la mano le dijo adiós HIJO! y él lleno de amor y ternura le respondió efusivamente: "¡ADIÓS MAMÁ!"....
El hombre, contento y satisfecho porque seguramente había traído un poco de alegría a la viejecita, continuó a pagar sus abarrotes.
-Son $423.85- le dijo la cajera.
-Por qué tanto!!... si sólo llevo cinco cosas!...
Y la cajera le dice:-Si, pero su MAMÁ dijo que usted pagaría por sus cosas también!...
¡¡¡¡¡¡No confíes en ninguna viejecita!!!!!!