Si darse por vencido le repugna, quisiéramos darle algunos ejemplos de situaciones en las que usted se ha dado por vencido y en las cuales está acostumbrado. Cuando va con un médico para que lo examine físicamente o cuando va al dentista para que le examine la dentadura, se ha dado por vencido, ya que ha admitido que no puede curarse usted mismo de la enfermedad física que padece y que necesita ayuda y por lo tanto, la busca. Al ponerse en manos del médico o del dentista su voluntad y su autosuficiencia han sido vencidas y usted depende enteramente de ellos. Como esto es necesario para curarse, generalmente, no molesta a nadie. Como puede verse, darse por vencido no quiere decir que se esté haciendo algo erróneo.
También usted se da por vencido cuando hace un viaje, ya sea por avión, tren, autobús, etc., ya que cuando va de viaje, está dependiendo en alto grado del conductor y de aquellos que operan el vehículo.