Nos dice nuestra literatura: “Los síntomas más comunes de la inseguridad emocional son las preocupaciones, la ira, la lástima de sí mismo y la depresión.”

 BOLETIN DE BUENA VOLUNTAD

EXPERIENCIAS SOBRE LA IRA

La ira me hace parecer un muñeco de trapo pero no lleno de aserrín, sino de pólvora y cualquier cosa que amenace con afectar mis instintos o mis propósitos funciona como mecha. Entonces estallo haciéndome mucho daño a mí mismo, tanto física, como emocionalmente y lo mismo a lo que me rodea, creándome una existencia solitaria.

Siempre que una bomba estalla se destruye a sí misma y deja vacío a su alrededor. A veces estos “estallidos” son agresiones físicas o verbales, otras veces son largos silencios que mastican el resentimiento o actitudes que pueden herir mucho a los demás.

La ira es un defecto que bloquea mi entendimiento. En el momento en que siento esa emoción lo único que quiero es destruir, herir, causar dolor, e incluso matar a la persona con quien estoy resentido. Generalmente mi ira se enfoca a personas débiles que no se pueden defender. En mi caso, se genera como consecuencia de mis traumas y complejos; cuando envidio a una persona, sintiéndome inferior, la agredo y trato de humillarla para revalidarme de un modo enfermo y distorsionado.

Pienso que este defecto es una reacción instintiva, animal, de manera que pierdo el buen juicio, se bloquea mi desarrollo como ser humano y no puedo tener relaciones agradables con las gentes con quienes convivo.

En los momentos en que tengo esa emoción encima y quiero agredir pensando que tengo la razón, justificando mi ira, lo único que me ha funcionado es recordar que soy un enfermo neurótico y que dejarme llevar por mis emociones me perjudica a mí tanto como a los demás. Recuerdo también el bienestar que provoca la buena voluntad.

(Anónimo)

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Cuando me pidieron que escribiera sobre la ira, de camino a mi casa iba muy pensativo. En mi “activo” (pasado) no consideraba que fuera un defecto pero hoy veo lo mucho que me ha afectado, veo cómo los iracundos exageramos nuestro estado de ánimo gritando y agrediendo, cayendo en un exhibicionismo horrible. Nos gusta hacer tempestades en un vaso de agua. Muchas veces justifiqué mis reacciones por las circunstancias, ahora creo que algunas de esas circunstancias ni siquiera existieron.

Recuerdo un sábado en que me desperté, después de haber dormido muy bien, con ánimo de pasar un buen día con mi familia, fui a buscar a mi esposa a la cocina; no recuerdo qué pasó pero en cuestión de segundos estaba peleando con ella y sintiendo un odio tan horrible que deseaba darle un garrotazo en la cabeza… Esta experiencia demuestra que muchas veces la ira me ciega.  Los iracundos nos dejamos llevar por ese odio que nos corroe el alma, tenemos una sensación que nos quema por dentro, aunque después del incendio nos llenamos de remordimiento (sentimientos de culpa) que son el acabose para los enfermos emocionales como yo.

Hablando de mi caso personal, un ataque de ira puede transformar un día productivo en un día inútil, si no estoy alerta en base a un programa de recuperación. Puede ocasionar el rechazo de otras personas (y con justa razón) aunque pensemos que es miedo el que nos tienen. Puede ocasionar vanagloria, aunque esa vanagloria ficticia nos haga vivir infelices. Este defecto nos ocasiona tanta amargura que de verdad creemos que no nos comprenden y vivimos alejados de los demás y cuando por instinto natural buscamos a esas gentes, volvemos a dañarlos…

Nunca pude reflexionar o meditar, prefería pensar que era de carácter fuerte. Un día que me golpearon tanto que por tres días no me pude mover, me di cuenta, al menos por ese instante, que eso no era ser fuerte. Un ataque de ira nos puede llevar al hospital o a la cárcel.

Cuando escuché a un compañero decir que la ira es un defecto ¡me puse furioso! Y me sentí frustrado ¿no es entonces una gran cualidad? Por otro lado, el tener este defecto me ha ayudado a tratar de conocerme para estar bien conmigo y con los demás.

(Anónimo)

IRA

“Es natural que una vida en la que haya hondos resentimientos llevé sólo a la falsedad y a la infelicidad. Justo al grado en que les demos cabida derrocharemos las horas que podrían ser útiles. Pero en el caso del neurótico, cuya esperanza es el sostenimiento y crecimiento de una experiencia espiritual, el abrigar resentimientos es infinitamente grave, ya que de hacerlo, impediremos que nos llegue la luz del espíritu. Las emociones regresan y volvemos a cometer actos de mal juicio y para nosotros eso es morir.

Si es que íbamos a vivir, teníamos que estar libres de la ira. El descontento y la cólera repentina no eran para nosotros. La ira es un lujo dudoso para la gente normal, pero para nosotros los neuróticos, es veneno.”

(Párrafo 5, Tal como la ve Bill. Por Bill W.)