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General: DEPENDENCIA
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De: maya7 (Mensaje original) |
Enviado: 15/06/2010 14:43 |
Boletin de Buena Voluntad_
UNA RELACION VACIA
Dos de los síntomas más grandes que me aquejan como neurótica han sido una terrible inseguridad que he arrastrado por mucho tiempo y una soledad apabullante.
Soy un ser que ha llevado a cuestas un enorme vacío, lo que me ha hecho una mujer sumamente frustrada e infeliz.
En mi extrema debilidad he intuido muy bien todas mis carencias, soy un ser humano muy necesitado de afecto, compañía y aceptación de otros. Pero a pesar de ser una gente tan discapacitada para vivir, siempre he buscado ese algo y ese alguien que llene mi espantoso vacío y me permita, por fin, actuar con utilidad para los demás y de ese modo vivir feliz.
Sin embargo me equivoqué, erré el rumbo, pues en cuanto me aferré al dinero y a las cosas materiales empecé a depender de ese mundo de oropel, buscando siempre la estima, el valor y la aceptación que nunca pude darme, pero que tampoco me dio el dinero ni las cosas que pude comprar con él.
Después dependí de un hombre, una gente tan incapacitada y miserable como yo, a la que hice mi dios.
Empecé a pensar, respirar y vivir a través de él, significó mi razón para vivir, el único motor que supuestamente me daba seguridad, además me llenaba de emociones malsanas y de mucho sufrimiento, pero un día se cansó y se fue y yo quedé aterrada y más muerta que nunca, estuve mucho tiempo entre la vida y la muerte, entre la razón y la locura, es más no sé cómo pude salir de esa situación tan miserable, que sólo puedo relatar en este momento gracias a que finalmente me aferré a las sugerencias de N.A., lo único que me pudo sacar a flote.
Ahora yo sé que aún la gente que se dice normal necesita depender de alguien, pues en cuanto el ser humano se da cuenta de su entrañable pequeñez y de lo poco que es en el vasto universo, siente miedo y necesita depender (¡claro que sí!) pero de algo superior a sí mismo.
Es por eso que nuestra literatura nos lleva, primero, a conocer otro tipo de dependencias, seguir las sugerencias de un programa de recuperación y después, a conocer la única dependencia sana, la que no nos falla, la que nos proporciona seguridad, la que llena ese vacío: la dependencia a un poder superior como cada quien lo conciba.
(Anónimo)
MI QUERIDA DEPENDENCIA
La dependencia a la gente ha sido para mí, antes y después de llegar al grupo, mi mayor sufrimiento, el que se ha manifestado a través de emociones encontradas, totalmente fuera de control, tanto a nivel mental como físico.
Cuando empiezo a depender de alguna persona soy feliz, la euforia se apodera de mí durante todo el día, soy capaz de relacionarme con otras personas. Las mañanas son fabulosas, hago planes, no tengo miedo al nuevo día. Cualquier favor que me pidan lo hago de muy buena voluntad. Mi deseo de vivir es muy grande.
Pero esto es sólo el principio, porque después empiezo a exigir más y más de su atención; sufro si no veo a esa persona; si el tiempo que considero mío se lo da a otra gente me resiento horriblemente, siento un espantoso miedo de perder a esa gente. La angustia, el dolor, la depresión, se adueñan de mí y en esos momentos quisiera prohibirle que tenga amigos, que salga, que se ría, que se separe de mí. Quisiera que únicamente fuera mío; que todo lo hiciéramos juntos, que de ser posible portara un letrero que dijera “propiedad privada de…” Si tiene la ocurrencia de comentar algo en lo que yo no esté incluida, tengo miedo de perderlo.
Cuando descubro que no puedo poseer a esa persona, siento una gran frustración. Me deprimo y caigo en un círculo vicioso del que me cuesta mucho trabajo salir. Lo primero que se me ocurre es que con esa persona puedo sentirme tranquila y feliz, inmediatamente me siento culpable porque imagino que lo tengo a la fuerza conmigo, que si por él fuera se iba.
Si se encuentra conmigo no lo disfruto, si se aleja siento un dolor muy fuerte, como si me arrancaran la piel a pedazos, un temblor me recorre el cuerpo, las manos me sudan. Me siento torpe, mareada, el estómago me duele, me cuesta trabajo entender lo que me dicen, si alguien se atreve a acercárseme lo agredo.
Todas estas “agradables emociones” son la consecuencia de querer aferrarme a “mi querida dependencia”, en vez de agarrarme a un Poder Superior, única dependencia que me garantiza equilibrio emocional.
(Anónimo)
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De: maya7 |
Enviado: 16/06/2010 16:50 |
14 PREGUNTAS SOBRE DEPENDENCIA
1. ¿Qué es dependencia?
Algo a alguien a lo que me aferro, en ocasiones con desesperación, con el fin de cubrir mi soledad, llenar un vacío o apapachar mis defectos de carácter.
2. ¿Por qué se genera la dependencia a personas o cosas?
Los seres humanos tenemos necesidades básicas que cubrir como son la seguridad emocional, la aceptación social o la relación de pareja. Cuando creemos (y a los neuróticos nos sucede con frecuencia) que podemos perder algo relacionado con estos satisfactores o que no recibimos lo suficiente, empezamos a tener miedo de perder eso tan preciado y emocionalmente quedamos ligados a esa o esas personas o al objeto de nuestro deseo o posesión. Cuando permitimos que ese ser u objeto sea primordial en nuestras vidas, es como si abordáramos un carrusel y cabalgáramos en el caballito de la desesperación o nos trepáramos en el tigre de la celotipia, hasta que sus vueltas convierten nuestra existencia en un torbellino de dolor.
3. ¿Genera enfermedades psicosomáticas?
No en todos los casos, pero tampoco es rara su aparición; en mi caso, el día que terminé con un novio al que le tenía una dependencia feroz, tuve síntomas de pulmonía (fiebre, escalofrío, dolor de cabeza, etc.) aunados al miedo a vivir. Ni siquiera fui capaz de manejar pues no podía controlar el temblor de mi cuerpo.
4. ¿Nuestros defectos generan dependencia?
Sí. Cuando los apapacho es, generalmente, a través de una dependencia, por ejemplo: en el caso de la lujuria, una pareja representa alguien con quien poder fantasear, buscar satisfacciones sexuales, etc.; o bien, el miedo a la soledad hace que fomente la dependencia a las personas que siento me tienen estimación, con el fin de ser la persona número uno en sus vidas.
5. ¿Todas las dependencias causan sufrimiento?
La de un Poder Superior no. En relación a los seres humanos, la mayoría de las veces sí, porque aunque hay dependencias más “sanas” en ocasiones, si las perdemos, nos causa dolor. Otras, siempre nos ocasionan daño aunque aparentemente nos haga “felices”, ya que invariablemente idealizamos al objeto de nuestra dependencia, el que termina por fallarnos o no satisfacernos.
6. ¿Se puede vivir “feliz” sin trascender las dependencias?
Las dependencias forzosamente necesitamos aceptarlas, ya que no se puede vivir tranquilo, mucho menos feliz, cuando no se ha podido concientizar el grado de sufrimiento ocasionado por éstas.
7. ¿La dependencia es una emoción o un instinto?
Considero que es el resultado de nuestros instintos descoyuntados.
8. ¿Es posible tener una relación de pareja o familiar sin depender?
No es posible que yo no pueda depender, porque siempre, en cuanto tengo trato más cercano con otra persona, me importa mucho el concepto en que me pueda tener y su actitud hacia mí; sin embargo, si nos dejamos guiar, la trabajamos en tribuna y tratamos que los Doce Pasos sean parte integral de nuestra existencia, es posible vivir tranquilos con ella.
9. ¿Sesgarle a una dependencia es trascenderla?
No, yo creo que en ocasiones sirve el sesgarle, sobre todo en nuestros inicios en el programa, pero es más importante enfrentar nuestra realidad puesto que cerrar los ojos no nos sirve de nada. Por tanto creo que es mejor aceptar que dependemos y tratar de corregirlo.
10. ¿Hasta dónde podemos llegar por depender de algo o alguien?
Hasta el suicidio, la cárcel, la locura o, lo que es muchísimo peor y más frecuente, a llevar una vida llena de amargura.
11. ¿Cómo trabajar la dependencia?
Comentando honestamente en la tribuna por qué tengo miedo a perderla y cómo me afectan sus actitudes. Asimismo, buscar en el historial y concientizar el sufrimiento que me provoca ser una persona posesiva.
12. ¿Cómo se maneja la dependencia al grupo?
Esta es una dependencia parecida a la que se le tiene al poder superior, no es mala; pero cuando tenemos miedo, nos provoca sentimientos de culpa o nos sentimos obligados a “cumplir”, especialmente con algún servidor de “vivencia”, debemos comentarlo en tribuna y con la persona que nos apadrina. El grupo no es sitio para venir a sufrir, por el contario, es el único lugar donde podemos sentirnos bien y en el que tenemos absoluta libertad para hablar de todo lo que nos provoque dolor. Que horrible estar en una terapia que nos induce a cambiar y nosotros, por actitudes característicamente neuróticas, nos encontramos mal.
13. ¿Qué pasos del programa ayudan más y cómo aplicarlos?
Regularmente trato de seguir el método que nos dejó Bill: detectar, admitir y corregir. Una vez detectado entra el Primer Paso, la aceptación de la dependencia, después el Quinto Paso –desde la tribuna- comentando el dolor que provoca la susodicha dependencia y el Sexto Paso en lo que se refiere a la superación; si la disposición no basta para trascenderla, echo mano del Séptimo Paso, es decir, le pido a Dios que me arranque la dependencia, pero si ésta continuara, la experiencia del padrino o madrina nos ayudarán a sobrellevarla sin sufrimiento.
14. ¿Cómo depender de un Poder Superior?
Primero tomando conciencia de todo el sufrimiento gratuito que me ha ocasionado la autosuficiencia, así como ver claramente la forma en que idealizo a quienes son más allegados a mí. Después tratando de sustituir estas emociones malsanas por la de un Poder Superior, confiando en que El únicamente quiere cosas buenas para mí y que aceptar su voluntad es lo mejor aunque vaya en contra de mis deseos. |
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De: maya7 |
Enviado: 22/06/2010 14:44 |
¿POR QUE DEPENDEMOS?
¡Vaya pregunta! No sé si la pueda contestar ni por sesenta y cuatro mil millones, pero quizá pueda encontrar algunas pistas. ¿Por qué dependemos? Es como preguntar ¿Por qué sufrimos la mayor parte del tiempo?, es decir ¿Cuál es la causa de todos los males de los neuróticos? La respuesta universal es: el egoísmo. Hurgando en mi experiencia y en algunas otras que he escuchado por ahí, he concientizado cómo es verdad lo que dicen la literatura y los compañeros: yo no sé amar y por eso no puedo establecer relaciones sanas con los demás (ni conmigo misma, ni con el mundo en general).
Empezando porque no me amo a mí, no me acepto con mis virtudes y con mis defectos (y me es más fácil ponerme de tapete) siempre estoy insegura y girando en torno a la opinión de los demás (aunque no los conozca) ya que necesito dar una imagen para que me aprueben; nace en mí un sentimiento de superioridad para sentir que valgo, no me considero capaz de que alguien me ame, quiero tener una pareja para sentirme segura emocionalmente y, aunque no me satisfaga, no la dejo porque no voy a volver a conseguir otra.
Por otro lado ¿amar a otros? Hay que respetarlos, aceptarlos, no exigirles, no querer vivir a través de ellos, echarles buena voluntad, perdonarles sus errores, apoyarlos… ¡Híjole! Y además sonreír como si no nos costara trabajo.
Yo, desde niña aprendí todo lo contrario: relaciones no de respeto sino de lucha de egos; no ser yo misma sino de vivir con máscaras; no recibir sino exigir; no de dar sino de quedar bien o chantajear, mínimo de “invertir” (es decir, dar con la condición de recibir a cambio y con intereses); dar a la pareja el papel de dios que me ayudará a vivir; no de perdón sino de venganza.
Es tremendo el miedo que llego a sentir por temor a sufrir, porque, como dice la literatura, preferimos nuestra comodidad y satisfacciones materiales. Dependo del dinero, no soporto la idea de llegar a ser pobre, aunque nunca lo he sido, y sufrir sus consecuencias, pienso en mi seguridad cuando en realidad dejo de darme y dar a los demás por ese fantasma.
Así que me parece que, una parte porque no me amo, una porque no sé cómo se ama y otra porque aprendí moldes inadecuados, es por eso que dependo.
(Anónimo)
DOMINIO Y EXIGENCIA
“El hecho fundamental que fallamos en reconocer es nuestra falta de capacidad para lograr una asociación genuina con otro ser humano. Nuestra egolatría cava dos pozos profundos: o insistimos en dominar a los que nos rodean, o dependemos demasiado de ellos. Si dependemos demasiado de otras gentes, tarde o temprano nos fallarán porque también son humanos y porque no podrán al cabo satisfacer nuestras continuas exigencias. De esta manera crece nuestra inseguridad y se encona.
Cuando habitualmente tratamos de manipular a los otros de acuerdo con nuestros deseos voluntariosos, se rebelan y nos resisten enérgicamente. Entonces se nos desarrolla el amor propio lastimado, el sentimiento de persecución y el de venganza.”
Tal como la ve Bill, No. 176. Por Bill W. |
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De: maya7 |
Enviado: 23/06/2010 15:15 |
Este eslabón llamado dependencia nos mantiene fuertemente esclavizados a la neurosis, al miedo, a la angustia, a la depresión; los compañeros insisten en ayudarnos a romper esta cadena y no se lo permitimos, nos aferramos a nuestros dioses de barro sin imaginar que en cuanto los soltemos podremos disfrutarlos más, seremos más libres emocionalmente, tendremos un mayor equilibrio emocional. Esta gran libertad la adquirimos a través de la única dependencia verdadera: la dependencia en un Poder Superior. No te resistas por más tiempo y depende de un poder superior, será la mejor decisión que tomes en tu vida.
DEPENDENCIA EN UN PODER SUPERIOR
Fue aquí en N.A. en donde escuché por primera vez la palabra “dependencia”, la que relacionaban con una novia, el esposo, la amante, los hijos, el dinero, el sexo, la madrina, un compañero, el carro, un poder superior, etc.
Al principio, al llegar al grupo, creí que lo único que me dolía y que me hacía ponerme triste, melancólico y sin ganas de hacer nada era el recuerdo de la persona que me abandonó, que después de varios años de estar juntos, me deja fuera de su vida argumentando su cansancio de vivir con alguien como yo: una persona celosa, gruñona, que no tenía deseos de superarse, insegura de sí misma y que quería tener a su lado, siempre, a su “mamita abnegada”. Pero me dije a mí mismo: “todo lo que me ha hecho me la va a pagar una por una, nada más espero que estos neuróticos me den confianza en mí y vendrá mi venganza sin límites. Me la pagarán todos: sus padres, sus hermanos, los vecinos, los compadres y todos aquellos que hablaron mal de mí para que ella me abandonara”.
Pero al pasar los días y escuchar las juntas, me dí cuenta que N.A. me regalaba un programa que iba en contra de mis deseos de venganza, de herir a los demás, de pensar únicamente en mí, era un programa que estaba dirigido a dejar el odio interno que yo sentía por los demás y a asegurar dentro de mí la confianza del valor de mi propia existencia a través de que puedo ser útil a los demás.
Descubrí que una dependencia es una subordinación, es una sumisión que, aunque a veces parece que es una dominación a los demás, termina por ser lo primero.
Dentro de N.A. empecé a descubrir mi verdadera forma de ser, la que inmediatamente quise aceptar tal como es, decidiendo cambiar todo lo negativo que hay en mí. Me dijeron entonces: “tener un problema es una cosa y el querer resolverlo es otra muy diferente”.
Pero ¿cómo le hago para dejar esas dependencias que me hacen sufrir?
Primero, es preciso reconocer, alma adentro, que soy un verdadero neurótico. Debo acabar con la creencia de que soy igual a la gente normal, lo cual significa que debo despojarme de varias concepciones arraigadas que tengo de la vida, en lugar de aferrarme a ellas.
“Son pocos los N.A. que tienen una idea de lo irracionales que son, aun después de haber descubierto ¡por fin! que habíamos estado engañándonos a nosotros mismos durante toda la vida”.
Segundo, debo convencerme, de una vez por todas, que sólo un poder superior puede devolverme el equilibrio emocional. Para ello, es necesario que deje de discutir, de poner argumentos, de aceptar que no tengo toda la razón y a cambio dedicarme a practicar el programa de N.A. Esta será la única forma en que puedo basarme para llegar a creer en un Poder Superior.
Tercero, practicar la columna vertebral de nuestro programa, que es “…poner mi vida y mi voluntad al cuidado de un Poder Superior, tal como cada quien lo conciba”.
Mientras más dispuesto esté a depender de un Poder Superior, más independiente seré en realidad.
Muchos de nosotros, que hemos llegado fracasados emocionalmente al grupo, hemos visto los frutos de una transformación en nuestras vidas; observamos cómo han adquirido un nuevo propósito y significado. Hemos tratado de aplicar estos principios en nosotros mismos y el resultado ha sido obtener una seguridad emocional como no había existido antes.
Vimos que empezamos a depender de un Poder Superior, en el momento en que confiamos en N.A. para la solución de nuestros problemas emocionales. Cuando hemos tratado de seguir el programa de recuperación de N.A., las respuestas han sido satisfactorias, no importando si a veces caemos en los errores de nuestras antiguas costumbres, porque esta disciplina no es fácil. Debemos procurar el progreso, no la perfección.
Debemos recordar siempre que intentar hacer lo que no nos corresponde es un error tan grande como dejar de hacer lo que nos corresponde.
Dejarnos guiar dentro del programa, bajo cualquier circunstancia, pase lo que pase, en contra de mis miedos, de mis inseguridades, del qué dirán y de mi mismo, es prueba clara de que mi dependencia hacia un Poder Superior es algo real y creciente.
A muchos, la siguiente anécdota, sacada de alguna parte, nos ha servido para hacer una reflexión:
“…Una vez iba por un camino, bajo un sol ardoroso, un pobre hombre que llevaba una carga muy pesada. Acertó a pasar por ahí un carretero con su carro, y éste, movido a compasión, ofreció al que iba a pie un lugar en el carro y llevar el costal que le abrumaba con su peso.
El hombre aceptó y el carro emprendió la marcha, cuando al cabo de un rato el que guiaba se volvió y vio al hombre que seguía cargando el pesado costal, “¿Pero qué hace usted? –dijo el carretero- ¿Por qué no deja el costal en el carro?” –“¡Oh!- contestó el hombre –Me basta con poder ir en el carro”.
El carretero se echó a reír y dijo: “¿Pero no ve usted que así también lleva la carga? No sea tonto y suéltela que para el caballo es igual y usted descansará”.
Así le hacemos muchos neuróticos, queremos llevar nuestras propias cargas cuando un Poder Superior, no sólo quiere llevarnos a nosotros, sino también a nuestros problemas.
Abandónate a Dios según lo entiendas…
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