La ciencia ha establecido que todo ser humano nace egoísta. Es un hecho verdadero que todo organismo animal cuya especie esté lo suficientemente desarrollada para que pueda ser medida dentro de la escala genética, nace egoísta. El egoísmo innato es necesario para asegurar la sobre-vivencia del organismo, en su etapa de infante; pero este egoísmo es solamente útil durante la infancia y deberá eliminarse pronto para que dicho organismo se desarrolle normalmente.
La ciencia también nos dice que tan pronto como nace todo ser humano, y también todo animal, debe ser socializado o adoctrinado de acuerdo con el sistema social y cultural donde convive. El recién nacido debe aprender a vivir con sus semejantes. Lo que significa que debe eliminar su egoísmo innato y aprender a amar, cooperar y controlar sus propios deseos cuando estos entran en conflicto con los derechos de otros.
Extracción del capítulo 1
De la Etiología de la enfermedad mental y emocional.