“Hola. Gracias por estar rezando. Gracias por las oraciones, las necesito mucho.
Gracias por haberse reunido a rezar.
¡Es tan lindo rezar! Porque es mirar hacia el cielo, mirar a nuestro corazón y saber que tenemos un Padre Bueno,
que es Dios. Gracias por eso.
Les quiero pedir un favor: caminemos todos juntos, cuidémonos los unos a los otros, cuídense entre ustedes,
no se hagan daño; cuídense! Cuiden la vida, cuiden la familia, cuiden la naturaleza, cuiden los niños, cuiden a los viejos.
Que no haya odio, que no haya peleas. Dejen de lado la envidia y no le saquen el cuero a nadie; dialoguen, vayan creciendo
en el corazón y acérquense a Dios.
Dios es bueno, Dios siempre perdona. Dios es Padre… acérquense siempre a Él. Que la Madre los bendiga mucho y por favor,
no se olviden de este obispo, que aunque está lejos, los quiere mucho: recen por mí.
Por la intercesión de Santa María, siempre Virgen y del ángel guardián de cada uno, el glorioso patriarca San José,
de Santa Teresita del Niño Jesús y los santos protectores de ustedes, que los bendiga Dios Todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”.