El descubrimiento de un nuevo planeta extrasolar de pequeñas dimensiones en la constelación de Leo, por parte de un equipo de investigadores españoles, supone un paso más para hallar planetas con unas características parecidas a la Tierra, que pudieran albergar algún tipo de vida.
Así lo ha manifestado Ignasi Ribas, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quien junto a Andreu Font, han presentado ese nuevo planeta, denominado
GJ 436c, que es de tipo rocoso, tiene una masa de cinco tierras, y se encuentra a 30 años luz de la Tierra.
Según los científicos, aunque la estrella del planeta es mucho menos caliente que nuestro Sol, el planeta está sin embargo 13 veces más cerca de su estrella que nosotros de la nuestra, lo que significa que su superficie debe estar extremadamente caliente, cerca de los 300° C (572° F) o más, haciendo que el agua en su atmósfera esté siempre en un estado de vapor.
Pero la grandes presiones en el interior del planeta deben estar comprimiendo tanto al agua que esta es obligada a permanecer en estado sólido (como el hielo), aun con las increíbles temperaturas a la que es sometida, creando así el equivalente a un hielo que en vez de ser frío es infernalmente caliente.
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