EL MANEJO DE LA VANIDAD
La vanidad como hemos dicho es un afán excesivo de ser admirado. Forma parte de las personas que se creen con derecho por sus cualidades, por su posición, por su prestigio a la admiración y al acatamiento de los demás, y lo muestran en sus actitudes y palabras. Y hay personas expertas en manejar también la vanidad de los demás (o al menos a intentarlo). Se dice: Si halagas su vanidad conseguirás de él lo que quieras. Si sale en la foto contribuirá generosamente a cualquier suscripción o causa. Generalmente es un defecto menor que, a veces, hasta resulta gracioso, cuando no se desorbita. En muchas ocasiones se convierte en uno de los grandes motores de nuestras actividades. Por salir en la TV, por ser admirado, por salir en la foto, y por pasar a la posteridad los hombres y mujeres somos capaces de afrontar riesgos y trabajos penosos. Pero, también es el talón de Aquiles a través del cual pueden obtenerse, de forma injusta, buenas prebendas de personajes que toman decisiones en nuestras vidas (en el ámbito laboral es muy común con el/la jefe/a) . Existen verdaderos artistas que manejan la vanidad del otro con suma maestría .
Y hemos de decir que nada embriaga tanto como los elogios. Uno está dispuesto a creer a pies juntillas, sin sombra de duda, en el alto coeficiente mental o lo interesante que son sus opiniones para sus subordinados. El poder, la gloria y los honores son de naturaleza narcótica y adictiva. Las adulaciones tienen la extraña capacidad de embotar la inteligencia, y son algunos de los graves peligros, no contabilizados, que acechan a las personas que tienen responsabilidades y a la sociedad en su conjunto.
Cuenta Plutarco que, preguntado Bías sobre cuál era el animal más peligroso, respondió : "Si hablas de las bestias, el tirano; si de los animales domésticos, el adulador". En otro lugar escribía :"Los cazadores atrapan las liebres con los perros, pero muchos hombres atrapan a los ignorantes con la adulación" Y, Shakespeare: "No hay quien sea enteramente inaccesible a la adulación, porque el hombre mismo que manifieste aborrecerla, en alabándole de esto es adulado con placer suyo".
SUGERENCIAS PARA SUPERAR EL EGO Y LA VANIDAD EXCESIVA:
* Intente conocer su ego y determinar cuando su ego influye y domina su vida. Pregúntese: ¿Estoy escuchando a mi falso yo o a mi yo verdadero?.A medida que vaya adquiriendo conciencia de su ego, podrá librarse del egocentrismo. Es muy importante aquí trabajar el tema de la Inteligencia emocional. Saber reconocer sus sentimientos, su necesidad de reconocimiento es muy importante para saber salirse ese egocentrismo. Los psicólogos hablamos con frecuencia del "síndrome de autoreferencia" como el que la persona manifiesta continuamente el hecho de que todo lo que pasa a su alrededor tiene que ver con lo que el/ella ha pensado, ha impulsado, ha rectificado...es la referencia absoluta de todo lo que se mueve, generalmente si los resultados finales han sido positivos.
*Comience a llevar la cuenta de con cuánta frecuencia usa el pronombre "yo". Las personas con este problema siempre comienzan una frase con : "Yo he hecho..." "Yo he pensado..." "Yo he comenzado..." Seria bueno utilizar el plural : "Hemos hecho, hemos pensado....". Al no centrarse en su propia persona estará superando el ego.
* Comience a considerar su ego como una entidad que le acompaña y que tiene un propósito. Es invisible y siempre está a su lado. Trata de convencerlo de que usted es mejor, de su superioridad respecto de otros, y de que es "especial". Él quiere que usted se sienta ultrajado cuando recibe un trato incorrecto, cuando lo insultan, cuando no lo alaban; ofendido cuando no sale con la tuya, herido cuando pierde en una competición. Si nota alguno de estos síntomas hemos de actuar. Primero debemos conocer cómo actúa el ego para superarlo. Luego hemos de percatarnos de que está obrando en usted. Por último, hemos de librarnos de él.
* Escuche a los demás y no se centre en sí mismo. Durante las conversaciones, concéntrese en lo que la otra persona está diciendo y en lo que siente. Luego responda con una frase que empiece por "tú, usted". Esto se denomina escucha activa. Es una manera de contener el ego y permitir que participe el reconocimiento del "otro".
* Resista el hábito de permitir que el ego domine su vida, que su vanidad le domine. Cuanto más se resista a permitir que su ego sea quien controle su vida, más pronto llenará el espacio que antes ocupaban las exigencias de su falsa personalidad.
* Comience a tratar a los demás como le agradaría que lo tratasen a usted. Se sentirá conectado con todo y con todos.
* Trate de borrar de su mente la palabra "especial". Especial implica "mejor que...", o "más importante que...".
* Dé más de sí mismo y pida menos a cambio a los demás. León Tolstoy escribió lo siguiente: "El único significado de la vía es servir a la humanidad". Sea quien reconozca el mérito de los demás. Sea quien da cariño a otras personas.
*Ponga fin a la búsqueda externa de la libertad y conozca el sabor de la auténtica libertad que es comportarse como realmente es, no como le gustaría ser para que los demás le admirasen.