Muy bueno, ignacio!.
Los ojos de ese niño me han recordado por un momento a mi hermana; diez años menor, me describió con todo lujo de detalles el color de las capas de los pajes, que veía volar por el cielo desde nuestra terraza, y no sólo una, varias veces.
Un año los reyes fueron a casa de mi tío, tenía escasos tres años y lejos de asustarse, se sentó comodamente en sus brazos, despues de decirles lo que quería y que había sido buenísima, ni corta ni perezosa les invitó a cenar en nuestra casa.
Me has recordado momentos muy bellos, ¡gracias!.
Un beso.
Mer-.