- Ayyy… - Lola, ¿qué haces? - -¿Ya me estás riñendo Mari Pili? De verdad, eres peor que Pepe. - ¿Lola, a dónde suponemos que vamos? - A la frutería a comprar ajos. - Entonces, dime qué hacemos en la cola del autobús. - Anda, es verdad. Bueno, ya sabes que yo veo una cola y me pongo. Quién sabe, quizás nos den algo. - Pues que sepas que encima te has colado. - Ah, eso sí que no. Me joroba mucho que me lo hagan a mí, no lo voy a hacer yo. Vamos… - ¿A dónde, Lola? - A nuestro sitio… Perdone señora. Mi amiga no se ha dado cuenta y se ha colado, pero ya nos vamos de aquí. - -Pero qué moooooooooorro tienes, Lola. Que la que se ha colado eres tú. - -Lo sé, lo sé… Era para disimular. - Vámonos, vámonos, Lola. - ¿Pero por qué? Si se está divinamente aquí. - Si íbamos a la frutería, ¿no querías ajos? - Rectificar es de sabios, Mari Pili. Fíjate que abanico multicolor… - ¿Dónde? - ¿Dónde estamos, Mari Pili? - En la cola del bus, Lola. Y no veo a nadie con abanico. - ¿Sabes lo que te pasa? Que no lees poesía, reina de la metáfora. - ¿Y tú sí que lees? No sabía que los sobres de sopa, tu lectura favorita, fuera poesía en estado puro. - Pues Miguel Fernández escribió sobre las cebollas y menudo éxito… Yo leo los envases de sopa. - Fernández no Lola, Hernández. - ¿Qué diferencia hay entre una f de fea y una h de huevo? Naaaaaaaaaada, Mari Pili. La fea tiene cara huevo por lo que el huevo es a la fea, lo que la fea al huevo. Es decir un uno indescifrable. - … Me voy a casa, Lola. Mañana nos vemos. - Me callo, me callo. Discúlpame, no me había dado cuenta que tu cabeza es muy elemental. ¿Me perdonas? - Vale, pero no me llames elemental si no quieres que te llame huevo feo, ¿vale? - Vale… Las colas qué glamour tienen. Ay… - -Lola, ¿dónde ves tú el glamour? Yo veo gente cansada, con cara revenida, con ganas de llegar a su casa. Sucia, sobada… - De verdad, Mari Pili, destrozas la moral de cualquiera. Es divino observar y, más, si es multirracial. Observa, observa… Me encantan los gays, Mari Pili. - Pues divórciate y cásate con uno. - No me quieren, soy mujer, pero son divinos. Son más sensibles que nosotras y, algunos, incluso más femenino que una mujer normal. - Claro, como que ya no hay mujeres normales, Lola. - ¡Lástima! Mira ese morenazo, lo qué se han perdido las mujeres… No veas lo educado que es. - Claro, destaca porque cada vez hay menos educación - Le veo todos los días y qué bien huele. - Claro, será ya de los pocos que se lavan todos los días - Hija, Mari Pili, no te pases. Hay mucha gente que se lava y que es educada y que es normal y sensible… Lo que te pasa es que tienes celos. - ¿Yo? ¿De quién? - Del morenazo gay. Mira, mira, qué dientes más blancos tiene… - …Para comernos mejor. - Eres tonta, Mari Pili, reconoce que sus dientes son más monos que los nuestros… Ay, que ya viene el bus, ¿qué hacemos? - Irnos a tomar una cocacola. - Pero mañana volvemos, las colas son muy entretenidas y económicas… - -Sí, Lola, lo que tú digas.
M. A. CANTALAPIEDRA
|